El CD Torrijos casi roza con los dedos la permanencia en su retorno a Tercera División. Está cuajando una temporada notable en la que ha mostrado un estilo muy particular, que le ha permitido no ser una perita en dulce para sus rivales. Uno de los jugadores que encarna este buen momento es Ángel Auñón, ‘Angelito’ en el club, aunque los contrarios lo vean más bien como un demonio.

El pasado domingo en Almagro consiguió dos goles, y ya acumula un total de ocho. Como reconoce, «no pensaba llegar a esa cifra porque venía de dos años en Segunda B en la que estaba jugando prácticamente como lateral derecho o carrilero». Es verdad que los resultados y sus actuaciones le han permitido «ganar en confianza».

Pero el madrileño antepone los objetivos colectivos a los individuales y lo que espera es conseguir otros tres puntos este domingo en el San Francisco contra el CD Azuqueca. «Estamos muy cerca de la salvación y con dos o tres partidos lo tenemos hecho; el próximo rival está un punto por detrás y sería dejarlo a cuatro, algo importantísimo a estas alturas del campeonato», añade el futbolista.

Desde su punto de vista, el triunfo del pasado domingo en el Manuel Trujillo es ya el premio que venían buscando desde hace semanas fuera de casa porque «siempre por mala suerte se nos atragantaba, ya que veníamos trabajando bien». Y eso que el futbolistas reconoce que «no es fácil ganar a nadie en esta categoría, pero nuestra buena línea se está notando».

De ahí que esté convencido de que en esta próxima jornada, se volverá a ver a ese Torrijos intenso desde el primer minuto y con una marcha más que el contrario.«No puede ser de otra manera, siempre vamos a muerte», reconoce. No en vano, la última victoria, según comenta el extremo derecho, «nos ha dado más fuerza que nunca y desde hace varios encuentros los equipos contrarios ya nos respetan bastante; antes decían que éramos carne de cañón».

A partir de aquí, Ángel Auñón está convencido de que la clasificación del conjunto rojiblanco va a mejorar porque «ahora nos viene el calendario más propicio después de enfrentarnos a todos los de arriba». Y no le falta razón, aunque con más partidos fuera que en casa.