Oda al toro serio en Añover de Tajo

Dominguín
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Triple salida a hombros de los integrantes del cartel de la corrida que cerraba el ciclo ferial en Añover de Tajo, que se repartieron 6 orejas. Seria, cuajada y noble corrida de toros de José Enrique Fraile de Valdefresno, que fueron ovacionados

Los tres espadas del cartel salieron a hombros, repartiéndose seis orejas. - Foto: Dominguín

Añover de Tajo ha puesto la guinda del pastel con su última corrida. Un espectáculo que ha resultado ser una ‘oda’ a la identidad taurina del pueblo. La entendida afición añoverana, que siempre se ha vanagloriado de amar sobre todo el toro serio, tuvo el pasado sábado su máximo exponente en el coso del ‘Tío Venancio’. Seis pedazos toros dan contenido a esta ‘oda’, seis aparatos del encaste ‘Lisardo’, con trapío, amplios pitos, amplios cuatros delanteros que fueron todos, sin excepción ovacionados al arrastre.

Pero lo que sí fue un refrendo importante a la apuesta de Alberto Rodríguez Parra con la feria taurina, fueron los recibimientos de salida de los serios bureles que le daban la seriedad para épica tarde repartida en seis capítulos. Seis faenas con sus matices pero que no pasaron desapercibidas, pues lo que estaba ocurriendo en el ruedo contaba con el mayor de los exponentes de la tauromaquia, el toro serio e íntegro.

El coso como siempre a radiar, impoluto, sin escasez de detalles, todo ello cuidado con esmero por Manolo ‘Bolega’ que pasa el año cuidándola como si fuese suya. Mucho público en los tendidos, atraídos por las imágenes difundidas de los toros a lidiar, lo que convierte este coso en un altar de homenaje a el ‘Uro de lidia’.

Robleño tuvo una actuación redonda toda la tarde.Robleño tuvo una actuación redonda toda la tarde. - Foto: DominguínRobleño abrió plaza, toreo muy querido en Añover, que recibió con serenidad al torazo que se desplazaba con nobleza por ambos pitones. Empezó de muleta por bajo, obligando al animal a atemperar sus viajes al metraje de las telas del torero. Es toro obedecía y Robleño, asentado en la arena, tiró con gusto por ambos pitones de toro que siempre quería embestir por bajo. Faena de emoción y entrega, que contraponía al enjuto matador con la amplitud del astado. Al final con el púbico metido en el bolsillo, no pudo culminar el madrileño una faena de trofeo.

Se sacó la espina en el cuarto, comenzando con el mejor toreo de capa de la tarde, a un toro que venía entregado a los engaños un par de metros antes, humillado y desplazándose por ambos pitones. Fue prendido Robleño en el inicio genuflexo de muleta, en un arreón que lo zarandeó sin consecuencias. Repuesto y encorajinado realizó una faena completa, llevando al noble burel por bajo y largo. Estocada y dos descabellos, tras lo cual los asistentes afloraron los pañuelos blancos, concediendo el palco dos trofeos.

Con la rodilla flexionada fue lanceando Espada al segundo de la tarde, hasta que se lo llevo a los medios para dejarle con una media y revolera. Puyazo el piquero en lo alto, largo pero medido, mientras el astado empujaba con fijeza al equino. La lidia fue fundamental, y la experiencia de Triviño ayudó a afianzar aún más la embestida del animal. Con los palos ‘Candelas’ se la jugó, asomándose en sus dos oportunidades a las perchas del toro salmantino. Con firmeza se fue sacando al astado el de Fuenlabrada al centro del ruedo, comprobando la potabilidad de ambos pitones. Faena larga basada en la diestra, en tandas de emoción y con remates de exposición. Final de faena entregado, que luego no tuvo su rúbrica con la espada. El susto vino cuando el toro con medio estoque enterrado le dio un arreón inesperado a Jesús Arruga y fue empitonado en su pierna izquierda, luego le pego una tarascada de infarto al cuello que encogió a los espectadores, quedándose luego a merced de los pitones que por milagro no hicieron más daño. Sobrepuesto Arruga siguió en el ruedo y apuntilló al toro que le quiso matar. Pues este día puede dar gracias a Dios de lo que pudo ser y no fue. Al final paso a la Enfermería Móvil y allí fue intervenido por el equipo médico de dos heridas, una en el escroto y otra en el cuello, que requirieron de limpieza y sutura.

Espada estuvo valiente en sus dos toros.Espada estuvo valiente en sus dos toros. - Foto: DominguínEl serio quinto de la tarde, no se lo puso fácil a Francisco José Espada, saliendo airoso del recibo capotero. La maestría de ‘Candelas’ con la capa fue clave para la faena, pues enseñó en seis capozados al animal a coges las telas largas y por bajo. Así lo vio el matador y anteponiéndose a las arrancadas del astado, dándole sitio logró una faena de entrega y calado. El animal que era franco, tenía el defecto de salir con la cara alta, lo que no le facilitaba la ligazón en las tandas. No obstante Espada llevó tapado al animal con la pañosa u logó con la diestra muletazos importantes. Al final el animal se afianzó y se desplazó con claridad por bajo y largo, gracias al buen empeño del torero. El epílogo fue de arrimón y ya con el burel pegado a tablas, le dejó media en lo alto que acabo con el animal. Petición de nuevo alborotada en los tendidos y la correspondencia doble del palco no se hizo esperar.

El matador francés Adrián Salenc cerraba cartel y sorteó en tercer lugar un toro muy descarado y veleto. Con el capote Salenc, primero de rodillas, seguido de delantales, tras lo cual dejó dos buenas verónicas y una revolera fueron el recibo a la afición sagreña. Faena de inteligencia sacándole al toro las pocas embestidas francas que le regalaba. Al final tiro del arrimón y las cercanías para conectar con las gradas. No acertó con la ‘tizona’ y entregada labor quedo silenciada.

No se lo puso fácil de salida el sexto a Salenc, por lo que no vimos lucimiento durante los acordes de la ‘jota sagreña’. Todo cambió cuando tomo la muleta y a base de ganas y pundonor logró que burel tomase las telas con franqueza a base de tragar mucho. Con la muleta fue sacándoselo a los medios al astado y allí realizó una faena muy bien estructurada, por ambos pitones, destacando una inicial tanda por naturales, seguido de tres tandas de derechazos bajos, largos arrastrando la pañosa que dejaban ver la buena condición del toro. Se vio al final de su trasteo los mejores momentos de muleta del festejo, que cobró su premio al enterrar el acero y obtener los dos trofeos que le premió el palco.

Al final de la corrida, una imagen añorada hace tiempo, los tres matadores de toros saliendo a hombros del coso en una tarde que rubricó la ‘oda al toro serio’, con un notable triunfo de los toreros en una feria taurina ya consolidada como es la de Añover de Tajo.

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