Evidentemente, Rémi Cavagna era un hombre «muy contento» después de su triunfo en la décimo novena etapa de la Vuelta, con final en Toledo. El francés reconoció que «era un objetivo» después de haber hecho dos terceros puestos. El jueves fue un día difícil para él, pero ayer se vio «con piernas para ganar».

El corredor del Deceuninck-Quick Step también comentó que su equipo «intenta hacerlo bien todos los días». Es verdad que confesó que el líder para esta etapa, dentro de su formación, era Phillipe Gilbert, pero «conseguí irme en el grupo de cabeza para luego atacar».Desde su punto de vista, cree que ha recuperado bien y, aunque no estaba «muy fresco», sí que se ha ido «encontrando cada vez mejor».

Evidentemente, la etapa por Gredos va a ser «muy dura» para él, por eso consideraba que la etapa de Toledo «era mi última oportunidad, y he sabido aprovecharlo».

A Cavagna se le preguntó si conocía a Bahamontes, el Águila de Toledo, y aseguró que conoce su historia porque lee mucho y se mostró «contento» de haber podido «compartir un momento con él». Además, dijo que él vive a sólo tres kilómetros de la cima de Puy de Dôme, «donde ganó una etapa una vez». El galo concluyó que Bahamontes «es un gran campeón» y que es un orgullo para él haber ganado en su cuna.