Atípica sesión plenaria en la tarde del ayer. A falta de un acuerdo por unanimidad se alcanzaron dos. La culpa la tuvo una moción presentada por el grupo municipal de IU-Podemos, que vio como el resto de partidos se lanzaban a apoyar su moción para instalar barreras acústicas en la TO-23, la antigua carretera de Ocaña.

El apoyo no fue ciego, ya que hubo de incluirse una transaccional propuesta por el PSOE para que el equipo de Gobierno municipal se sumara a la votación.

IU-Podemos planteaba instalar barreras acústicas para mejorar la salud y el bienestar de los vecinos que habitan entre las rotonda de la calle Río Estenilla y la de la calle Ventalomar, así como concienciar al Pleno del problema de salud que provoca el ruido, que no deja descansar y puede estar detrás de graves problemas de salud derivados del estrés.

Conscientes todos los concejales de la situación, pero sin dejar pasar algunas críticas a la falta de ambición del portavoz de IU, Txema Fernández, ya que consideran que el problema del ruido debe afrontarse en la ciudad con un estudio «más global», la moción ganó respaldos hasta que le llegó el turno al PSOE.

El concejal de Movilidad, Juanjo Pérez del Pino, fue el encargado de ofrecer el acuerdo, limitándolo a realizar un informe técnico que determine exactamente la raíz del problema y las medidas correctoras más necesarias (no tienen por qué pasar por unas barreras acústicas que salen a 900.000 euros el kilómetro). Además, una vez se tenga el estudio, se instará a la administración competente (el Gobierno central) a que tome las medidas necesarias para solucionar el problema.