El CD Illescas extrajo un punto de La Fuensanta que puede resultar muy valioso para lograr su objetivo, pero no se marchó ni mucho menos satisfecho de Cuenca: tuvo la victoria en su mano hasta el minuto 87, cuando llegó el empate, y el Conquense pudo incluso llevarse el triunfo en los compases finales.

El arranque de partido del Illescas fue bueno, buscando huecos entre líneas y llegando con peligro. Facundo gozó de un lanzamiento franco, pero erró al intentar buscar potencia con el exterior. Sin embargo, con el paso de los minutos el atrevimiento que mostraron los jugadores entrenados por Javi Meléndez se esfumó y comenzaron a perder rápidamente el balón ante un Conquense que apretó arriba.

Estos errores y el dominio del conjunto local se tradujeron en ocasiones claras, como una de Raúl Verdejo en el diez: recibió el pase de la muerte de Paco Tomás pegado al área pequeña y su disparo se marchó alto. Del minuto diez al 20 pasó un mal momento el Illescas, incapaz de enlazar dos pases buenos y que además perdía el esférico en zonas de peligro. Pudieron marcar los locales en el 21, nuevamente con una jugada que llegó por la derecha.

En esta ocasión, fue Gerica el que puso el pase de la muerte, y en parecido lugar al remate de Verdejo lo intentó Héctor Rubio en semifallo. El equipo visitante parecía aturdido y tocado, pero Harta deshizo el empate con un tanto de esos que firman los mejores: se llevó el balón de espuela para burlar al defensa y puso el interior en el mano a mano ante Sierra para firmar el 0-1 en el minuto 24. De ahí al descanso, el Illescas controló bien a su rival.

El segundo tiempo empezó con susto en la portería de Pedraza, con un pase que sorprendió a la zaga adelantada ordenada por Meléndez. Verdejo probó la vaselina, pero se le fue por poco. El equipo toledano ganó en tranquilidad con el paso de los minutos, porque el Conquense bajó enteros, perdió fuerzas y con ello claridad, lo que permitió que el tiempo fuera pasando lejos de Pedraza.

La gran efectividad que mostró el Illescas en el primer tiempo no la encontró en la reanudación, porque fue inmejorable la oportunidad de Pablo Jiménez en el 76 para sentenciar: remató a bocajarro, se encontró con Sierra y volvió a caerle el balón, pero el meta local se levantó a tiempo para despejar la segunda opción. Ya en el 87, cuando todo parecía decidido, fue Paco Tomás el que se inventó una buena jugada de espaldas a portería y se la dejó a José Vega, que dribló al portero y empató el partido.

A punto estuvieron de escapársele todos los puntos al bloque entrenado por Meléndez, puesto que en lo poco que quedaba de partido sufrió un mano a mano que mandó Paco Tomás a las nubes y un fallo de Siño que no se esperó Verdejo para llevar el balón a la red.