Jubilarse no es para autónomos

SPC
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La pensión media de los trabajadores por cuenta propia es de 760 euros, mientras que la de los asalariados se sitúa en 1.283, una brecha que sigue aumentando y genera incertidumbre

Jubilarse no es para autónomos

Ahorrar de cara a la jubilación es un tema que preocupa a millones de españoles, que dudan de la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Es más, el fondo de reserva estatal que se creó para hacer frente a la retirada laboral de la generación del baby boom se quedará casi vacío en diciembre -tras la extra de Navidad-, después de que en apenas siete años el Gobierno haya retirado 77.500 millones de euros, lo que hace que el pesimismo siga creciendo de cara a que, en un futuro, los trabajadores puedan contar con una prestación una vez que lleguen a la etapa de descanso.

La preocupación es todavía mayor entre los autónomos, que ven que la brecha de lo que percibirán ellos y los asalariados continúa aumentando con el paso del tiempo.

La pensión media de jubilación de un empleado por cuenta propia es de 760 euros, mientras que la de uno por cuenta ajena está establecida en 1.283 euros, es decir 523 euros de diferencia, según denuncia la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA).

Actualmente, el sistema de cálculo para dicha prestación en los autónomos va en función de la cotización a la Seguridad Social. «Suponiendo que se mantengan así, con la base mínima de cotización a un autónomo le corresponderán 770 euros», según señalan los expertos de la gestora Bestinver.

Para aquellos trabajadores por cuenta propia que consideren que esta pensión no será suficiente para mantener su nivel de vida tras terminar su vida laboral, una opción es aumentar las bases de cotización, para ampliar la pensión hasta 2.500 euros mensuales, en las condiciones actuales.

No obstante, desde Bestinver consideran más atractivo destinar esa cantidad a la inversión privada en lugar de elevar la cotización. «Una buena forma de complementar la pensión pública es empezar a ahorrar e invertir ese dinero a través de un plan de pensiones», asevera el director comercial de la compañía, Gustavo Trillo.

 «El ahorro para la jubilación tiene que ser uno más de nuestros gastos fijos», recuerda.

Por ESO, insta a convertir esta práctica en «un recibo más» cada mes, como el de la luz, el del teléfono o el del agua.

Para ello, la firma capitaneada por Beltrán de la Lastra considera que la mejor fórmula para obligarnos es domiciliando una inversión, por ejemplo, un plan de pensiones o un fondo de inversión.

Se trata de «un esfuerzo a largo plazo» donde prima fundamentalmente la constancia. No obstante, además de poner el foco en el futuro, hay que acertar con el vehículo de inversión para acumular un patrimonio y beneficiarse del efecto del interés compuesto.

En este sentido, la entidad advierte de la importancia de generar rentabilidad ante «el monstruo de la inflación, el peor enemigo de los ahorradores». Si la inversión no logra encontrar rentabilidad para superar el aumento del coste de la vida, el dinero perderá poder adquisitivo con el paso de los años y el esfuerzo para ahorrar habrá sido baldío, insiste Trillo.

La rentabilidad media de los fondos de pensiones españoles entre 2003 y 2018 fue del 38,7%, con un promedio anual del 2,11%. Entre los 385 fondos con 15 años de Historia, solo seis superaron la rentabilidad del Ibex 35 y 12 de ellos tuvieron más rentabilidad que los bonos del Estado, según el estudio Rentabilidad de los Fondos de Pensiones en España, 2003-2018 del IESE.