La Guardia Civil incauta 71 armas en un taller clandestino

J.AJ.
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Un hombre de 73 años ha sido detenido como responsable de la instalación. Manipulaba pistolas de fogueo o inutilizadas para colección para que dispararan munición real

Un agente sujeta una réplica de la pistola alemana Luger, muy reproducida para armas de fogueo o de colección, que el arrestado manejó en su taller. - Foto: La Tribuna

A un hombre de 73 años, vecino de la localidad toledana de Borox, le va a costar muy caro el buscarse un complemento para su pensión por la vía de la fabricación ilegal de armas de fuego: tres acusaciones respectivamente por depósito ilegal de armas, depósito ilegal de munición y tráfico de armas. Su detención le ha permitido a la Guardia Civil desmantelar el taller donde se dedicaba a esta ilícita actividad, en el que se ha incautado de 71 armas, en su mayoría pistolas y revólveres, preparadas para disparar munición real.

El detenido utilizaba procedimientos habituales para conseguir de forma ilícita armas de fuego a través de la transformación de armas detonadoras y la rehabilitación de armas inutilizadas, dotándolas de capacidad de realizar fuego real. Además, también fabricaba completamente armas de fuego. De hecho, del total de las armas de fuego incautadas, se ha confirmado que 20 armas son detonadoras transformadas para realizar fuego real, 17 son armas inutilizadas y posteriormente rehabilitadas para su normal funcionamiento, y 16 son armas de fabricación artesanal con el mismo fin.

La transformación de armas inutilizadas, para coleccionismo o exhibición, para reponerlas sus condiciones para disparar munición letal es una práctica habitual   aunque ilícita. También resulta fácil, con los conocimientos adecuados, transformar armas preparadas para munición detonadora para que empleen balas de verdad. Esto es así porque los mecanismos internos de una pistola detonadora son muy similares a otra que emplea munición real. Sin embargo, un arma de fogueo manipulada para disparar balas de verdad puede ser muy peligrosa para su usuario. Al estar fabricada con materiales de peor calidad que una pistola de munición real, porque debe soportar menos explosivo que el necesario para impulsar un proyectil, es propensa a encasquillarse, en el mejor de los casos, o estallaren la mano de quien la utiliza cuando ya no resiste el proceso de disparo.

Una muestra de que al arrestado no le importaba precisamente la seguridad de sus clientes es que entre las armas intervenidas, se encuentra un revolver de juguete fabricado en baquelita, al que el detenido realizó las transformaciones necesarias para efectuar fuego real. La baquelita es un compuesto plástico cuya resistencia a la ignición de una bala al disparar es muy dudosa.

La investigación. La investigación de este asunto se inició el pasado 11 de enero, según informó ayer la Guardia Civil en un comunicado. Una patrulla del Puesto de Seseña encontró una bolsa en el interior del coche del detenido que contenía dos revólveres y dos silenciadores. Trasladados hasta su domicilio en la localidad de Borox, la Guardia Civil descubrió que esta persona tenía más armas ilegales en disposición de disparar.  Un total de 46 armas de fuego y 3 silenciadores son incautados en esta primera actuación.

Posteriormente, el Grupo de Información de la Guardia Civil de Toledo, desarticuló el taller clandestino de armas propiedad del detenido. El taller estaba dotado de un torno, una máquina de soldadura eléctrica, dos taladros de columna y una máquina pulidora de metal. Además, contaba con múltiples herramientas y útiles para llevar a cabo las manipulaciones, como brocas, fresas y útiles adecuados para el montaje y desmontaje de las armas de fuego. En esta segunda intervención, se incautan otras 22 armas cortas y una carabina de calibre 22, 47 cañones para arma corta, 28 silenciadores, 11.753 cartuchos y 48.000 euros.