Las visitas guiadas y rutas turísticas amenazan con salirse de madre en Toledo. Además de la marabunta de guías que se ofrecen en la plaza de Zocodover paraguas en mano -a cada cual más colorido- recordando el mercado de bestias que antaño fue, algunas situaciones en el interior de museos y monumentos empiezan a rayar lo absurdo.

El último episodio de exceso de celo por la divulgación ajena se ha vivido en la iglesia de Santo Tomé, concretamente en una visita para contemplar el ‘Entierro del conde de Orgaz’.

La sublime obra de Doménikos Theotokopoulos es uno de los platos fuertes de la oferta turística de la ciudad, y un grupo de amigos, profesores jubilados en su totalidad, decidió hace unos días acudir a contemplarlo en grupo acompañados de un compañero, el exconcejal de Cultura José María González Cabezas, que iba a explicarles detalle a detalle los pormenores y secretos de la obra.

En medio de su alocución, los vigilantes les interrumpieron, invitándoles a parar o salir del recinto, alegando que no está permitido dar explicaciones sobre el cuadro sin contar con un permiso especial.

Tras una tensa discusión, el grupo de antiguos docentes accedió a salir con gran disgusto, teniéndose que conformar con la explicación del historiador González Cabezas en plena calle y ayudado por unas postales que compraron del propio cuadro. Una situación bastante surrealista producto de una dudosa legitimidad.