Castilla-La Mancha ha lamentado desde que comenzó la pandemia hasta el día de hoy 2.002 fallecidos en sus residencias de mayores. Casi un tercio, 653, han muerto en los centros sociosanitarios de la provincia de Toledo, según los datos confirmados por la Consejería de Sanidad a La Tribuna.
En total 50 centros sociosanitarios de Castilla-La Mancha terminaron el fin de semana con algún caso confirmado de positivo por coronavirus. De ello, casi la mitad, unos 23, están en Toledo. El número de residentes contagiados por el nuevo patógeno ha descendido hasta los 319.
Lo que los fríos datos están dejando es que la tercera ola está siendo mucho menos mortal que las dos anteriores en los centros sociosanitarios de la región. Si durante las dos anteriores murieron 1.674 personas, en la tercera han sido 326. Entre diciembre y febrero han muerto el 16 por ciento de todos los fallecidos en residencias. Esto puede estar relacionado con que, según han advertido durante las últimas semanas fuentes de Bienestar Social, los brotes están siendo menos virulentos como consecuencia de la vacuna.
Hacia el 4 de diciembre, fecha en la que comenzó el ascenso que ha llevado a la tercera ola en la región, había 237 pacientes con la Covid confirmados en residencias y los fallecidos sumaban 1.614. Eso sí, en Toledo se concentraban 27 de las 52 residencias con casos detectados. Al inicio de las navidades (día 21 de diciembre) eran 319 pacientes y 1.674 fallecidos, con 25 residencias infectadas en Toledo del total de 53.
El año concluía en la región con el inicio de las vacunaciones en las residencias. La ‘Quijote y Sancho’ de Torrijos, dependiente del Gobierno de Castilla-La Mancha, fue la primera de la campaña de vacunación frente al coronavirus SARS-CoV2 de la provincia de Toledo, el pasado 30 de diciembre, siguiendo el Plan Operativo de Vacunación Covid-19 elaborado por la Consejería de Sanidad.
Durante los primeros días del año, la Junta no facilitó la incidencia del coronavirus en las residencias. Lo que sí continuó fue la vacunación. En centros como Barber, la primera dosis se administró el 7 de enero y la segunda el 28. Entre ambas, se produjo un brote en estas instalaciones, que se habían salvado durante las dos olas anteriores. Se contagiaron un centenar de personas, a partes iguales entre trabajadores y residentes, lo que dejó siete fallecidos entre estos últimos. El coronavirus también entró en la residencia Vitalia en la de Benquerencia, entre otras. En esta última hubo al menos 79 positivos, entre los 38 residentes y los 41 trabajadores. Era finales de enero. El 1 de febrero se producía el pico de muertes de esta tercera ola en la región, con 119. Entonces había 102 centros sociosanitarios de Castilla-La Mancha con algún caso confirmado de positivo por coronavirus, de los que 33 estaban en Toledo. Los residentes con caso confirmado eran 838. Los fallecimientos acumulados de residentes de estos centros desde el inicio de la pandemia alcanzaban los 1.901.
Dos semanas después, el pasado lunes, hay 99 muertos más. Los fallecidos alcanzaban ya los dos millares en toda la región, 653 de ellos en la provincia de Toledo.