A perro flaco todo son pulgas, o más bien, en este caso, ruina llama a ruina. Los bomberos de la ciudad tuvieron que acudir en la noche del pasado lunes al callejón del Lócum para apuntalar la puerta del inmueble número 1. La causa, no obstante, parece que en este caso no es otra que un acto vandálicos, una gamberrada juvenil.

Los vecinos daban la voz de alarma el pasado lunes, sobre las nueve y media de la noche. Según declararon, un grupo de «críos» había dado una patada a la puerta del edificio, ya muy deteriorado. Los bomberos se encontraron esta hundida para dentro, y la mocheta de la derecha muy inestable. De forma que tuvieron que tirar la mocheta y dejar la entrada al edificio apuntalada, para sostener el dintel de la puerta, y clausurada. «La mocheta había que quitarla porque se movía, la tocabas con la mano y se movía entera», explicó uno de los bomberos del operativo.

Según explicaron testigos presenciales a los efectivos que allí acudieron, todo había sido un acto vandálico. Es más, apuntó una mujer que vio lo ocurrido y que ella misma les recriminó lo ocurrido. En este caso, parece que no ha sido un intento de ocupación.

Imagen de cómo se encontraron los bomberos la entrada del imnueble.Estado del edificio. Aunque el inmueble en cuestión lleva tiempo en ruina, desde los bomberos de la ciudad se apunta que no está en tan malas condiciones como otros edificios abandonados del entorno. De hecho, cuenta con una malla exterior, que cubre la parte superior del inmueble para que no caigan cascotes al suelo. Tampoco se ve en el mismo ninguna grieta, que amenace con ruina inminente.

Consultado por este diario, el propietario del inmueble se ha limitado a comunicar que su intención es la de arreglar de una vez este edificio.

En esta ocasión, ha sido un acto vandálico, pero en esta zona del barrio también hay cierto temor a que lleguen ocupas y se metan en los inmuebles abandonados. No sería la primera vez, han comentado algunos vecinos.