Dijo San Agustín que el amor es una piedra preciosa; cuando no se posee, todo falta y cuando se posee, todo sobra. Este santo, padre y doctor de la iglesia murió un 28 de agosto del año 430 en Hipona (Argelia) y por ello el próximo miércoles se celebra su día. La localidad toledana de Gálvez también está de fiesta ya que además es el patrón de la localidad. Según las crónicas esta devoción en Gálvez comenzó en 1663 motivada por haber sufrido el pueblo una plaga de langosta, tan habitual en aquellos siglos.
Sobre el origen de Gálvez y tomando las Relaciones de Felipe II en 1576, diremos que «es villa muy antigua y no se sabe cuándo se fundó», aunque algunos restos romanos nos pueden dar una idea de su antigüedad. En ese mismo siglo se indicaba que Gálvez era una localidad de señorío cuyo titular era don Juan Suárez de Toledo, aunque remontándonos más de un siglo atrás encontramos que en 1427 el señor de la villa era don Diego López de Zúñiga. En 1443 la mitad de la villa junto al despoblado de Jumela eran propiedad del I conde de Alba y la otra mitad de un tal Lope Gaitán el cual vendió su parte al citado conde de Alba. Ambos lugares de Gálvez y Jumela fueron vendidos finalmente en 1466 a Pedro Suárez de Toledo, I señor de Gálvez e hijo de García Álvarez de Toledo señor de Oropesa. Este mismo personaje fundó un mayorazgo en 1483 junto a su esposa doña Juana de Guzmán, compuesto por los citados lugares de Gálvez y Jumela, las heredades de La Moraleja y El Allozar, una casas en Toledo en la colación de San Antolín y unas casas y fincas en Talavera de la Reina, entre otras propiedades. Como curiosidad el V señor de Gálvez, es decir Juan de Toledo Pallás, que había tomado posesión del mayorazgo a finales de 1574 o principios de 1575, perdió todas sus propiedades pues en 1576 se le acusó del asesinato de un vecino de Gálvez, por lo que fue condenado a muerte perdiendo además todos sus bienes. Don Juan de Toledo huyó a Valencia para evitar la condena, consiguiendo finalmente el perdón de la pena de muerte en 1588 y la devolución de sus propiedades en 1599. Finalmente el señorío de Gálvez pasaría a la casa de Montalbán a mediados del siglo XVII.
Hubo también en Galvez un hospital para atención a pobres con una renta de diez ducados, que junto a la cofradía de la Caridad se encargaban de ayudar a los más necesitados.
Por lo que respecta a la iglesia de Gálvez, es un edificio del siglo XVI dedicado a San Juan Bautista y posee una bella torre mudéjar. En su interior se enterró a uno de los párrocos de la villa, sobre cuya tumba se incluyó el siguiente epitafio: «Aquí está un gusano vil, el más humilde pastor, sobre exaltó su ser vil». En cuanto a la devoción de los galveños y galveñas, también en el siglo XVI aparece una ermita dedicada a Santa Brígida y se añade que la villa tenía hecho voto de celebrar fiesta a Santa Bárbara, San Pantaleón y San Gregorio Nacianceno. Ya en el XVIII encontramos las siguientes cofradías establecidas en Gálvez: Sacramental, Nuestra Señora de los Dolores, Santo Cristo del Olvido, Nuestra Señora del Carmen, Dulcísimo Nombre de Jesús, Nuestra Señora del Rosario, Vera Cruz, San Blas y San Antonio de Padua.
Y para terminar volvamos a recordar otra frase del sabio San Agustín: a todos agrada la altura pero la humildad es el peldaño para alcanzarla.