Proponen acercar a Luis Tristán al joven Velázquez

A. de Mingo / Toledo
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El historiador del arte José Redondo Cuesta, profesor en la Facultad de Humanidades de Toledo, considera en la revista Ars Magazine que el gran pintor de nuestro siglo XVII «ha sido subestimado» por los estudiosos del genio sevillano

Proponen acercar a Luis Tristán al joven Velázquez - Foto: JORDI CALVERAS

El historiador del arte José Redondo Cuesta, profesor de la Facultad de Humanidades de Toledo, acaba de publicar en la revista Ars Magazine (número 43, julio-septiembre) el artículo «Los años dorados de Luis Tristán», en donde propone seguir cimentando la influencia que sobre el joven Velázquez tuvo el pintor toledano del siglo XVII, artista «de vanguardia en la introducción del movimiento naturalista en nuestro país».

Redondo, quien ya publicó sobre Tristán en Ars Magazine hace un par de años, investigación de la que también se hizo eco La Tribuna, propone ampliar el catálogo del pintor toledano con nuevas obras, varias de las cuales han sido ya puestas en relación con el primer Velázquez por parte de los especialistas en el pintor sevillano.

La primera de estas pinturas es un Retrato de Ramón Llull conservado en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, cuadro tradicionalmente atribuido a Francisco Ribalta. Según Redondo Cuesta, esta atribución fue rechazada en 2014 por Guillaume Kientz, quien situó la pintura en un contexto sevillano. La factura pastosa y suelta del cuadro «nada tiene que ver con la pincelada más acuosa de Ribalta», opina el profesor de la Facultad de Humanidades de Toledo. «El tipo de empaste, la manera de tratar el cabello y la barba, o el bodegón de libros sobre la mesa, recuerdan claramente las maneras del toledano y son muy diferentes a los equivalentes velazqueños o ribaltescos». Por otra parte, desde un punto de vista temático, el personaje representado parece derivar «directamente de la tipología de los filósofos y santos mendigos iniciada por Ribera, personajes de fuerte individualismo sentados en torno a una mesa» que Tristán representó en Roma en su doble retrato de Heráclito y Demócrito, ya comentado por José Redondo en estas mismas páginas.

Otra obra que el profesor atribuye a Tristán es un San Felipe dado a conocer en 1931 -como obra del joven Velázquez- y que por sus dimensiones pudo formar parte del apostolado descrito por Antonio Ponz en el siglo XVIII en el convento de las Carmelitas de Toledo, del cual José Redondo identificó en su día a un San Matías. Un San Jerónimo publicado por Gudiol -también puesto en conexión con Velázquez- y un San Felipe subastado en Christie’s hace algunos años aparecen asimismo comentados en el artículo.

«A medida que vamos conociendo con mayor detalle las pinturas tempranas de Tristán -prosigue en su artículo el profesor de la Facultad de Humanidades de Toledo-, se puede intuir más su formación tras el periodo que pasó junto a El Greco». En este sentido, José Redondo Cuesta opina que, si bien «en cuento a temática y esquemas compositivos su modelo a seguir fue Ribera», la técnica y la «pincelada pastosa» de Luis Tristán derivan «claramente» del pintor romano Orazio Borgianni.

El artículo de Ars Magazine reivindica que «habría que dar mayor protagonismo a la pintura de Tristán en la configuración del lenguaje naturalista de Velázquez», ya que el pintor toledano «ha sido subestimado» por los estudios acerca del genio sevillano, incluso entre autores tan recientes como Gianni Papi (quien en otro artículo publicado en esta revista planteaba como origen del naturalismo velazqueño la obra de Cavarozzi o el denominado «Maestro del Samaritano»). José Redondo no niega las influencias de Ribera, pero sostiene que su conocimiento «debió iniciarse años antes con el conocimiento previo de las pinturas de Luis Tristán».

Según el profesor de la Facultad de Humanidades, «el problema no se resolverá hasta que empecemos a conocer en profundidad al Tristán más naturalista de los inicios de su carrera y desentrañemos las relaciones de comitencia que exitieron entre Toledo y Sevilla».