Fin al urbanismo de la dispersión

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Se quiere mantener la ciudad en torno a 110.000 habitantes y organizar un área metropolitana en colaboración con la Junta de Comunidades

Fin al urbanismo de la dispersión

El Gobierno del Ayuntamiento de Toledo mantuvo ayer una reunión con el arquitecto José María Ezquiaga donde acordaron las bases sobre las que quieren cimentar el futuro plan de ordenación municipal (POM): no más dispersión, la meta es mantener la ciudad en torno a 110.000 habitantes y sería conveniente organizar un área metropolitana en colaboración con la Junta de Comunidades. Estas son las líneas generales del documento de diagnóstico y propuestas que debe estar preparado «antes del verano» para debatir su contenido con todos los sectores (vecinos, empresarios, técnicos...) y redactar la propuesta definitiva inmediatamente. Si se cumplen los plazos, se podría sacar a licitación el POM «completo» este mismo año.

José Pablo Sabrido, concejal de Urbanismo, indica que Ezquiaga vino ayer a informar de la marcha de su trabajo (ha sido elegido para hacer el análisis urbanístico por su prestigio, «independencia» y profesionalidad) y la primera conclusión es que Toledo goza de «oportunidades tremendas» por su localización geográfica y por su gran actividad en todos los órdenes.

Por ejemplo, con 84.000 habitantes y 65.000 puestos de trabajo la tasa de población activa estaría en un «130%» pero el POM podría ayudar a explotar todavía más el «enorme» potencial para el desarrollo económico que ofrece la ciudad.

Por contra, se quiere contener la dispersión de los barrios residenciales, «revitalizar» las zonas ya urbanizadas, fomentar el uso racional del suelo «para protegerlo y conservarlo», favorecer la movilidad de proximidad, incidir en la sostenibilidad medio ambiental, la cohesión social, el acceso a la vivienda garantizado, la economía urbana (innovación digital, ciencia industria) o «la buena gobernanza».

En cuanto al área metropolitana Sabrido dice que solo han hablado del concepto, no de su contenido, por lo tanto no se han valorado los fracasos anteriores, o si sería conveniente que además del transporte en autobús se puedan incluir otros servicios (agua, basura…) o coordinar el desarrollo urbano de las localidades que se integren.

En definitiva, se pretende llegar al diseño de la mejor ciudad posible para los próximos 15 años a partir de un planteamiento «fiable y consensuado» para que todo el mundo pueda vivir «de una manera digna, económicamente sostenible, solidaria y cohesionada».

Sabrido admite que la mayor debilidad de Toledo es la dispersión de los barrios y sus consecuencias, por ejemplo los enormes desplazamientos que hay que realizar para ir de un distrito a otro, pero señala que aún no se han concretado zonas para el crecimiento, ni siquiera se atreve con la Peraleda a pesar de que es la única zona residencial que quedó con vida tras la anulación judicial del anterior planeamiento.

Sin intereses. A cerca de la contratación directa tanto de José María Ezquiaga (para el POM) como de Joan Busquets (plan especial de La Vega Baja su entorno y su relación con el Casco Histórico)Sabrido subraya que «Toledo siempre ha procurado tener a los mejores, a los mejores arquitectos, a los mejores ingenieros, a los mejores técnicos, para que aporten al diseño de la ciudad».

«Creemos que a su valía profesional Ezquiaga y Busquets suman su independencia, pues son profesionales que actúan con criterios reconocidos» y no tienen intereses en la ciudad, más allá de ayudar a elaborar un buen planeamiento urbano que es para lo que se les ha contratado.