Apandapt no faltó a su cita con la fiesta

L.T.
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La asociación de discapacitados auditivos acompañó a la alcaldesa en la que ya es una joven tradición: el chupinazo y el corte de la cinta que, desde el balcón del Ayuntamiento, abre las celebraciones de agosto. El recorrido finalizó en Bisagra

Apanas no faltó a su cita con la fiesta - Foto: Ángeles Visdómine

Por primera vez en esta joven legislatura, la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, encendió el chupinazo y cortó la cinta que declarada inauguradas las Fiestas de Agosto de 2019. Junto a ella, como ya se va convirtiendo en tradición, estuvieron miembros de la asociación Apandapt (Asociación de Padres y Amigos de Niños Deficientes Auditivos de Toledo), así como varios miembros de su equipo. 

No es la primera vez que la mayoría de ellos participaban en un acto semejante, pues concejales como Maite Puig, Juan José Pérez del Pino o Teo García, al igual que la propia alcaldesa, vienen haciéndolo desde el año 2015, si no antes. Entre los nuevos participantes, la concejal de Parques y Jardines, Marta Medina Quiroga, Marta Cánovas (PP) y Alberto Romero (Vox), entre otros.

No son muchas las novedades que pueden señalarse en una cabalgata de estas características, salvo el guiño a la asociación mediante la alocución inicial en lenguaje de signos. Como en años anteriores, gigantones y cabezudos fueron los reyes del pasacalles (entre los primeros, las recientes incorporaciones de Juan de Padilla y María Pacheco), amenizado por la banda de música Unión Musical Benquerencia, la batucada Kekumka y la charanga Asamblea de Majaras, todos habituales en estas citas. Tambores, muñecos hinchables y otros participantes de esta naturaleza acompañaron a los asistentes, primero a la sombra de la Catedral (con andamio incluido). Como suele ser habitual por estas fechas -aunque la afluencia de público no fue inferior a la de otros años-, el apoyo resultó más tibio, aunque no faltaron foráneos para sustituir al toledano de vacaciones. El calor, que había dado tregua estos últimos días, se desató ayer por la tarde como cualquier catorce de agosto que se precie en estas latitudes. Y la cosa para hoy no pinta mucho mejor, según los pronósticos.

El recorrido, igual que en otras ocasiones, subió desde la plaza del Ayuntamiento por Arco de Palacio y avanzó por el eje Hombre de Palo y Comercio hasta llegar a la plaza de Zocodover. Desde allí se produjo su bajada por la Cuesta de las Armas hasta terminar en el patio de armas de la Puerta de Bisagra, donde se sirvió una limonada.

Como de costumbre, una fiesta para los más pequeños, alguno de los cuales echó en falta a la Tarasca. «Es que en agosto se va de vacaciones», fue la improvisada respuesta de su abuelo.