El CD Toledo 2021/22 será el primero que comande Diego Merino desde la raíz. Las sensaciones en el arranque de la pretemporada son muy positivas para el extremeño, que reconoce que ya «había muchas ganas por volver al trabajo y afrontar la nueva competición». La ilusión es máxima y ahora el objetivo será «dar forma a lo que queremos del equipo», según añade.

Serán siete semanas completas antes de la primera jornada, el próximo 5 de septiembre. Tiempo suficiente, dice el de Mérida, «para llegar con garantías». Lo que recalca que debe quedar muy claro son «los conceptos del juego», y, en ese sentido, ayuda bastante contar con gran parte del grupo del curso anterior, porque ya conocen la metodología.

Merino apunta a que habrá señas de identidad que no van a cambiar, como «ser un equipo que acose sin balón y no deje pensar al rival». A ello se intentarán ensamblar «diferentes formas de progresar a nivel ofensivo». Y es que, el extremeño da mucho valor al trabajo realizado por el director deportivo, Luis Jaime Puebla, sobre todo porque en esta parcela han venido jugadores con un perfil determinado que se perseguía. «Son futbolistas que dominan las transiciones y son rápidos», explica.

Por lo demás, también desvela que partirán con dos sistemas de juego, uno principal y otro alternativa, que irán variando dependiendo del rival o de la situación de juego. Conjugando todos estos elementos, lo que quiere Diego Merino es tener un equipo «competitivo en todos los contextos». Así, el CD Toledo ideal sería, como él mismo cuenta, «defensivamente sólido pero ofensivamente atractivo, que tenga la posesión y con diferentes caminos para llegar al gol».

El técnico verde prevé una temporada complicada, con «equipos de gran envergadura, por presupuesto y por historia». Sin embargo, insiste en que confía en los suyos, en los aficionados y en el club, «para ser un equipo sin complejos y difícil de batir». De este modo, por el formato de competición, sospecha que será clave «tener una estabilidad y no salirse del camino».