Jorge Jaramillo

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Jorge Jaramillo


Todo sigue en el aire

29/11/2021

El anuncio de la vuelta de los tractores a las calles del país tiene una dificultad para las propias organizaciones agrarias convocantes, Asaja, UPA y COAG, si tuvieran que desconvocar la llamada a filas. Porque para eso, deberían lograr este lunes un acuerdo solvente, con medidas fiscales contantes y sonantes, para encarar los meses que resten de subidas en los insumos.
Partimos sin embargo de una voluntad siempre manifiesta por conciliar, dialogar y estudiar cada propuesta, aunque con las Navidades encima resulte muy tentador para muchos querer sumarse a otras movilizaciones y paros que preparan, por ejemplo, los transportistas. Los agricultores de Valencia de Asaja, al menos, ya han dicho que salen el día 3 pase lo que pase en la reunión del Ministerio de Agricultura (MAPA).
Luis Planas ha convocado a todo el sector agroalimentario con la idea de repasar, con cada eslabón de la cadena, la situación de encarecimiento de materias primas y detectar dónde están las disfunciones o las resistencias de la industria, la distribución o cualquier otro operador, para actualizar los precios justos que hace dos años reclamaron los mismos productores «al límite» en toda España. Una tarea compleja por la tesitura de tener que 'controlar' como Gobierno el riesgo de inflación, máxime en un mes caro por tradición, y solidarizarse al mismo tiempo con la crítica posición de los productores que, a duras penas, según los casos, cubren costes con la luz por las nubes, o el gasóleo, o los abonos…
Las bases están en alerta y dispuestas a visibilizar el músculo como proveedores esenciales de alimentos, como hicieron antes de la pandemia cuando recibieron el aplauso y la comprensión de la opinión pública al reclamar que terminaran los abusos y la ruina. En pocas semanas se cumplen veinticuatro meses de aquel hito. Y por eso mismo saben que si optan por volver a las carreteras, podrían encontrar una reacción similar entre la población que sigue en deuda con ellos por haber respondido con eficiencia y mucho esfuerzo a las necesidades más básicas de cada individuo durante el Estado de Alarma y los confinamientos. También saben que antes preferirán medidas efectivas de las administraciones que volver a las cabinas y al ruido. Pero las semanas pasan, y aquí está la otra gran dificultad.
El Ministerio de Agricultura lleva tiempo con el teléfono levantado intentando allanar el terreno para el encuentro de este lunes. Se ha visto con las patronales de los fertilizantes, de los piensos compuestos, y con otras industrias y ha querido mostrarlo para sofocar los primeros conatos de incendio. Lo vimos el jueves por la tarde cuando convocó, en solitario, a la Federación de Industrias Lácteas (FENIL) tras pulsar los ánimos de los ganaderos a las puertas de una firma francesa en Madrid. Y al día siguiente, como prueba de máxima preocupación, cuando citó a todos los representantes de la mesa láctea para decir que las subidas, allí donde se habían producido, seguían siendo insuficientes por la carestía de los insumos.
Unas horas antes, habían hecho lo propio los agricultores de hortalizas de Almería en la misma puerta por donde pasa el Ministro cada mañana.
Desde Lérida, en la inauguración del foro DATAGRI, Planas dijo no excluir ninguna posible medida o acción para atender la situación urgente de algunos segmentos productivos. Y volvió a señalar al lechero que no ha cesado en sus reivindicaciones. Pero también explicó que el objeto del encuentro es releer con todas las partes los nuevos artículos de la ley de la cadena que el día 2 de diciembre aprobará el Congreso de los Diputados para su entrada en vigor de forma inmediata.
Se supone que con la nueva redacción para definir y cubrir los costes efectivos, la prohibición de la venta a pérdidas, la inclusión de las prácticas desleales que dictó la propia Unión Europea, y otros retoques se minimiza el riego de libre interpretación de la norma en la que algunos se han escudado para extender contratos tramposos. Otra cosa será que los afectados quieran esperar a primavera -como pide el Comisario desde Bruselas- al prever que el mercado se regulará cuando recupere sus stocks, algo que vuelve a estar en el aire tras la aparición de la nueva variante del virus que, de momento, ha provocado una primera reacción de pánico en las bolsas donde también operan los que manejan la economía.