Internet y transporte, grandes problemas zona más despoblada

Leticia G. Colao
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La Sierra de San Vicente y La Jara son las comarcas con menos vecinos de la provincia. El envejecimiento de la población es otro de los retos a solucionar

Internet y transporte, grandes problemas zona más despoblada - Foto: Manu Reino

Pasear por Garciotum a las 11 de la mañana de un día cualquiera, es hacerlo por un remanso de paz y tranquilidad por el que muchos pagarían. En algunos momentos, tan solo se oye el canto de los pájaros y algún perro que ladra para llamar la atención. Es la realidad de uno de los pueblos de la Sierra de San Vicente, una de las comarcas más vaciadas de la provincia de Toledo, junto a la de La Jara, donde sufren como el resto de la España Rural, las consecuencias de un despoblamiento feroz. 

Las telecomunicaciones y el transporte público siguen siendo los principales problemas a los que se enfrentan desde este tipo de municipios a pesar de que, como en el caso de Garciotum, cuentan con una distancia de apenas 25 kilómetros con Talavera, referencia y capital de toda la comarca. En el caso de la comunicación, esa limitación provoca que la falta de internet se sufra en todos los ámbitos, no solo el educativo y el comunicativo sino también el sanitario. 

En estos momentos, la cobertura a la red de redes que se ‘disfruta’ en el pueblo no llega a los dos megas, lo que dificulta la llegada de vecinos que pretendan teletrabajar desde casa o a los que ya lo tienen, hacerlo de la manera más eficiente. Javier es uno de ellos. Consciente de las limitaciones, tira de paciencia cada día para sacar adelante un trabajo «mucho más lento» que, con las conexiones oportunas, sería mucho más efectivo. «Y si te quejas, te dicen que como te llega un mega, ya tienes suficiente», lamenta.

Así lo confirma también el alcalde de Garciotum, David Palomares, cuyos problemas se viven también en el Ayuntamiento con los trámites administrativos diarios. «Es criminal», explica, mientras recuerda que dos familias que querían instalarse en el municipio no pudieron hacerlo precisamente porque internet «funcionaba de pena». Hace poco instalaron una antena cerca aunque no siempre da los resultados necesarios. Así, no es solo España Vaciada, sino también desconectada, algo que al final va unido. 

También se quejan, por ejemplo, de las horas sin luz del pasado domingo por las fuertes rachas de viento, algo que no ven del todo lógico. «Aquí sopla el aire a 30 kilómetros por hora y se va la luz», critica reclamando una solución mucho más rápida al problema. 

El transporte público es el otro ‘caballo de batalla’. Entre sus quejas, no solo que haya un único servicio de ida y vuelta que le conecta entre semana con Talavera y Madrid, sino también que este vehículo hace ruta por los diferentes pueblos de la zona y puede tardar más de una hora en llegar a Talavera. Actualmente, el único servicio que les une de lunes a viernes con la ciudad llega a las 6,50 horas, es un problema que también sufren los escolares que bajan cada día al instituto. Además, los fines de semana no cuentan con ningún tipo de servicio encontrándose «totalmente incomunicados».

Envejecimiento. Son los principales inconvenientes de la despoblación, pero no los únicos. Junto a esta, el envejecimiento de los habitantes de zonas rurales aprieta con fuerza en este fenómeno de las zonas más vaciadas. En el caso de Garciotum, y a pesar de que es uno de los pocos pueblos que ha incrementado su padrón, cuenta con una población donde el 70-80 por ciento supera los 70 años. 

En las zonas rurales se dan unos niveles de envejecimiento superiores a los del resto del país, y esta comarca talaverana no es menos. «Aquí dentro de 10 años vamos a tener muchas bajas», cuenta María. Por ello, «en invierno es muy triste» porque se ve poca gente por las calles, explica Teresa Muñoz, la farmacéutica del municipio.

Desde una pequeña botica cercana a la iglesia, ofrece no solo los medicamentos que necesitan los vecinos -también algunos de Talavera oMadrid que llegan los fines de semana, «que ayudan bastante»- sino que, de forma desinteresada, ayuda llamando por teléfono a algún vecino cuando el cartero, preocupado, le explica que no le ha abierto la puerta. «Estará en casa, estaba pachucho, le llamo», indica al cartero mientras atiende a La Tribuna. «También les llamo para pedir cita al médico, al especialista...»

A la farmacia asisten las vecinas a hacer el pago de la Asociación de Mujeres y una pequeña parte del local sirve también como tablón de anuncios para todo el pueblo. 

Este es un servicio esencial para este tipo de municipios. También existe en el resto de pueblos pequeños del entorno, a quienes les permiten horario continuo, hasta las tres de la tarde. Las guardias, indica Teresa, «las hacemos entre ocho pueblos, nos turmanos los cinco días de diario y los fines de semana cada seis o siete». 

El centro de salud está especialmente relacionado con la vida de la farmacia. «Afortunadamente», dice el alcalde, «tenemos médico y enfermera todos los días de la semana», a partir de las 11 y hasta que se atienden todos los pacientes, en un servicio compartido con Cardiel y Nuño Gómez. La zona de Urgencias se encuentra en Castillo de Bayuela, a unos seis kilómetros.

«un poco olvidados». María llegó a Garciotum residente de otra zona rural de la región y asegura estar «feliz» en el municipio. No obstante, reconoce que «los pueblos están un poco olvidados y las administraciones tienen que moverlo junto con los ayuntamientos para darlos vidilla». Asegura estar muy concienciada con el tema de la despoblación y pide a las administraciones «que se mojen realmente, que no quede en un diálogo sin más allá». Como soluciones, propone ayudas a los consistorios para la creación de residencias de día para mayores, que pueden crear dos o tres puestos de empleo y que además ayudará a una buena parte de la población a permanecer en sus hogares. Para ello, «se tienen que implicar administraciones y políticos», insiste.