El georradar pospone las obras del parking de Santa Teresa

J.S.
-

Patrimonio exige que la continuación del acondicionamiento de este parking disuasorio no comience hasta que se realice la radiografía del subsuelo de la parcela y se conozcan los resultados.

El georradar retrasa las obras del parking de Santa Teresa - Foto: David Pérez

La segunda fase del adecentamiento del parking disuasorio de Santa Teresa tendrá que esperar pese a que la obra ya fue adjudicada el pasado 20 de mayo a la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Cimasa y Aglomancha por 374.380 euros.

La Comisión Especial del Casco histórico de Toledo dio ayer visto bueno al proyecto aunque impuso un condicionante que obligará a retrasar su ejecución material según han confirmado fuentes de la Consejería a La Tribuna. La razón no es otra que antes de que comiencen los trabajos se deberá realizar el estudio por georradar que  la Junta ha encargado para todas las parcelas aledañas al Bien de Interés Cultural (BIC) Vega Baja y que están fuera de esta figura de protección. Y es el caso del aparcamiento disuasorio de Santa Teresa.

La consejera de Educación, Cultura y Deportes, Rosa Ana Rodríguez, adelantó este pasado viernes que este mes de julio su departamento quiere adjudicar tres contratos para seguir avanzando en la perimetración y catalogación del yacimiento arqueológico de Vega Baja, cuyos trabajos se iniciaron pero están inconclusos.

En concreto, es la  Fundación Impulsa la que  trabaja en la tramitación de tres contratos menores. Con el primero de ellos, el Gobierno regional busca determinar aplicando técnicas de georradar la potencia de los restos arqueológicos que pudieran ‘esconder’ las parcelas situadas fuera del perímetro del BIC de Vega Baja. El segundo de los contratos está relacionado con la interpretación de los resultados obtenidos con el georradar y el tercero servirá para hacer un estudio topográfico de la zona.

Por tanto, hasta que no se utilice esta técnica que permite valorar los restos arqueológicos existentes sin necesitar de hacer catas y no se conozcan sus resultados no podrá llevarse a cabo la segunda fase del adecentamiento de este aparcamientos que a diario es muy utilizado en un barrio cuyo aparcamiento está regulado por la ORA.

No obstante, el estudio del georradar no es el único condicionante que ha puesto sobre la mesa la Comisión Especial del Casco, puesto que también ha exigido que se ponga sobre la mesa una alternativa para que la plantación de 53 moreras que incluye el proyecto no dañe los restos arqueológicos. Esta prevención ya fue tomada en la primera fase del proyecto y la plantación fue salvada elevando el terreno con el fin de que las raíces de estos árboles no terminaran por afectar a los vestigios de la capital visigoda.

La segunda fase del proyecto incluye la actuación sobre 22.590 metros cuadrados, de los cuales, 7.360 se proyectan pavimentados con adoquín -exactamente igual que la parte ya arreglada- y 15.230 con la tradicional zahorra artificial. El  número  de  plazas  de  aparcamiento resultantes será 205, de las cuales 5 estarán reservadas para personas con movilidad reducida.

El aparcamiento contará con calles bidireccionales de una anchura de 9 metros y calles unidireccionales de 5 metros.  Los accesos del parking se realizan por las entradas actuales de la calle Camino Molinero (2 accesos) y la avenida de Carlos III (1 acceso).

Las dimensiones de las plazas de aparcamiento varían según su localización y tipo: las plazas en batería oblicua tendrán 5,75 metros de largo y 2,50 de ancho; las plazas en batería recta 5 metros de largo y 2,50 de ancho. Las  plazas  para  personas  con movilidad reducida tendrán un pasillo lateral de una anchura de 1,50 metros que facilita el acceso y sus dimensiones estarán entre 5 y 5,75 metros de largo y 3,70 de ancho (según sean en batería oblicua o en batería recta).

 Por normativa de accesibilidad el pavimento proyectado en los itinerarios interiores es duro, antideslizante y sin relieves.

La zona actualmente cuenta con numerosos baches de importantes dimensiones y peladuras superficiales que origina grandes incomodidades a los usuarios, en épocas de lluvia se forman importantes acumulaciones de agua y en épocas calurosas se levantan grandes cantidades de polvo.

Lo previsto en la zona de aparcamiento terminada en zahorra artificial es proceder a un reperfilado de su superficie, nivelado y compactado del material existente con un posterior extendido y compactado de una capa de 20 cm de zahorra artificial. Sobre esta zahorra, y en las zonas destinadas a aparcamiento, se dispone de un adoquín tipo celosía césped. En las calles se dispone un adoquín de hormigón bicapa similar al existente.

 Además el proyecto contempla en la zona oeste de la parcela (la zona triangular cercana a la glorieta existente) reservar una zona como protección arqueológica por medio de la colocación en todo el perímetro de un vallado de madera rústica, extendido de lamina geotextil y una capa de 15 cm de espesor de grava.