El Consorcio ya negocia con dueños de edificios abandonados

M.G
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El gerente del Consorcio, Jesús Corroto, asegura que la institución recibe llamadas y ya se están poniendo en marcha las primeras tasaciones. Con esta fórmula se pretende sacar al mercado 200 viviendas

El Consorcio ya negocia con dueños de edificios abandonados - Foto: Yolanda Redondo

El Consorcio de la Ciudad no quiere perder la oportunidad de poner en uso edificios abandonados, una iniciativa que ayuda a mantener en buen estado el parque inmobiliario del Casco y a fijar nueva población en la zona histórica en los próximos años. El gerente de la institución, Jesús Corroto, ya avanzó hace un mes las líneas estratégicas del Plan de Rehabilitación Colaborativa 2030, pero los planes ya han empezado a tomar forma porque se están recibiendo llamadas para solicitar información y ya se han establecido contactos con algunos propietarios para comenzar con la tramitación, que incluye la tasación del inmueble entre los primeros pasos.

El objetivo es obtener 200 nuevas viviendas de alquiler o de compra en los próximos nueve años y fortalecer el potencial residencial del Casco como un foco de atracción para las familias jóvenes a través de viviendas con precios asequibles. En este caso, se trata de negociar y acordar con los propietarios la cesión del inmueble para que el Consorcio actúe como instrumento rehabilitador y ponga a disposición varias viviendas finalistas tras compensar a los propietarios con las que les correspondan en relación con la tasación.

«Con esta fórmula el propietario no tiene pérdida patrimonial», subrayó ayer al término de la comisión ejecutiva. Además, es necesario resaltar también el papel que jugaría la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV)en esta línea de actuaciones.

Al hilo de esta estrategia, Corroto puso de ejemplo la rehabilitación del Corral de Don Diego, una ambiciosa intervención en distintas direcciones que incluirá la puesta en alquiler o compra de cinco viviendas en el edificio de la EMV, con lo que se asegura también que este espacio disponga de más vida y conjugue su carácter residencial con el cultural, puesto que el Salón Rico se convertirá en un potente espacio cultural de la mano del Consorcio y la plazuela en un ágora con múltiples posibilidades escénicas y como espacio público.

Corroto tampoco pasó por alto la tercera línea estratégica enfocada en la residencialidad que apunta la posibilidad de crear residencias temporales en distintos edificios públicos siempre que se ponga en marcha un consorcio para que las administraciones participen y colaboren en esta fórmula.