«No fusionamos artes marciales con el flamenco porque sí»

C.M
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Cristo Vivancos estuvo en la ciudad como portavoz de una compañía -integrada por él y por Elías, Aarón, Judah, Josua e Israel- para apreciar la oportunidad de «poder estar aquí» con el espectáculo 'Nacidos para bailar'

«No fusionamos artes marciales con el flamenco porque sí» - Foto: Yolanda Lancha

Los reconocidos -y aplaudidos siempre- acordes de Metallica, Deep Purple, Leonard Cohen coexisten en el espectáculo de ‘Los Vivancos’ con las melodías de Mozart, Tchaikovski o Beethoven. Estos seis hermanos  visitan por primera vez Toledo pisando, esta misma tarde, la escena del Palacio de Congresos con un montaje -‘Nacidos para bailar’- que viene a ser una vuelta -más- de tuerca, «en ocasiones peligrosa», a una forma de hacer poco habitual.

Cristo Vivancos estuvo en la ciudad como portavoz de una compañía -integrada por él y por Elías, Aarón, Judah, Josua e Israel- para apreciar la oportunidad de «poder estar aquí» con una pieza que, con los éxitos atemporales de las más grandes leyendas de la música, ofrece «un espectáculo que funde danza, artes marciales, virtuosismo musical, equilibrismo y humor».

En esta, la tercera producción que cierra la trilogía compuesta por ‘7 hermanos’ y ‘Para siempre (Aeternum)’, destaca este Vivancos que se trata de una apuesta «muy rockera en la que los temas que hemos elegido se adaptan al flamenco». Una versión musical -grabada con la Orquesta Sinfónica de Budapest- a la que, como en ellos suele ser habitual, se suma un escogido vestuario de diseño y una elaborada producción escénica.

No en vano, señaló que este montaje ha contado con  «la colaboración de Joan Martorell» y con la asesoría «de Eduardo García Llama, ingeniero espacial que trabaja en la NASA y que nos ha ayudado a diseñar la escenografía y las estructuras sobre las que bailamos». Este innovador diseño escenográfico propicia que el espectador contemple la danza más allá del suelo convirtiéndola casi, en equilibrismo y en una arriesgada exhibición atlética.

Un show «para todos los públicos». En este sentido, indicando que este ‘Nacidos para bailar’ ha sido pensado para «todos los públicos, tanto para personas que entienden de danza y música» como para quienes gustan de «ir al teatro, olvidar lo que pasa y vivir un momento único», Cristo Vivancos relata las posibilidades ofrecidas por un show que «muchas personas nos dicen que es como un concierto de danza».

Lo es, asegura, porque a la hora de «iniciar un nuevo espectáculo, cuando las ideas son muchas y parece imposible encontrar un hilo conductor», piensan «no sólo en hacer lo que nos gusta» sino también «en lo que puede gustar al espectador». De hecho, es consciente de que «en algunas ocasiones, algunos artistas se centran tanto en sus preferencias que acaban ofreciendo un espectáculo que no acaba de entenderse bien». En este caso, confirma, no es así porque han creado un montaje ante el que nadie puede sentirse ajeno.

En cuanto a la combinación de disciplinas y lenguajes, Vivancos afirma que el en este espectáculo «no fusionamos las artes marciales con el flamenco porque sí, lo hacemos desde la perspectiva de haber trabajado todas estas artes», razón por la que siempre existe «un hilo conductor» que va secuenciando los números, los ritmos y los tiempos adecuados. Por supuesto, aunque la pieza va evolucionado hacia lo más arriesgado, «no todo es rapidez, también ofrecemos momentos lentos que el espectador agradece» para, con ello, «volver a reclamar, su atención».

El éxito, la fama y el reconocimiento por parte del respetable ha propiciado que ‘Los Vivancos’ agoten los aforos previstos allá por donde recalan y, por ello, generen expectativas que aumentan en cada nueva apuesta. Preguntado por ello, Cristo Vivancos no tiene demasiado en cuenta esta sobrecarga de responsabilidad porque, afirmó, «nosotros creamos números, algunos peligrosos, que combinan trabajos grupales, solos, dúos o tríos» que varían en función de cada espectáculo.

Son propuestas, en cada ocasión, en las que cada «uno de nosotros tiene sus momentos, algunos espectaculares». No olvida citar los instantes en los que «bailamos y zapateamos boca abajo tocando el instrumento musical a la vez», o cuando «tocamos el chelo abiertos de piernas». Cada «vez, números más difíciles y peligrosos» que se abren como retos ante «los que, incluso yo mismo, me impresiono a veces».

Sobre algunos de los detalles integrados en este espectáculo, apunta un vestuario -de E-Tecnileds- con 140 partes de programación independiente que roza la ciencia ficción. También en el apartado del estilismo, este ‘Nacidos para bailar’ está inspirado en la ideología Visual Kei japonesa, por lo que sus trajes incorporar el efectismo visual para ampliar la experiencia de la obra. A ello se suman los complementos elaborados en cuero, trajes extravagantes, toques victorianos y retro-futuristas vinculados al metal, al steampunk y al rock. Todo al servicio de un vestuario variopinto, excéntrico y artístico en el que prima, por encima, de todo «la libertad visual».