Por primera vez, el Ayuntamiento de Toledo ha realizado una auditoria de las facturas que tramita. El año pasado fueron 7.877 de las que el 77% han sido en formato electrónico lo que facilita que el  tiempo que se tarda para darles curso sea mínimo (el mismo día la gran mayoría). La información expuesta ayer en la Comisión de Hacienda por los técnicos del Ayuntamiento de Toledo indica que las que se  rechazan suele ser por errores en las cantidades que figuran o por orden de la unidad gestora.

Por otro lado también se ha iniciado un nuevo y más intenso control financiero por medio de  informes que está elaborando la Intervención. Parte del mencionado de las facturas ya están terminados el de contratación durante 2018 y el de inversiones financieramente sostenibles. Los funcionarios avisan que hará falta ayuda externa para aplicar el mismo control de los patronatos y de las empresas municipales.

También se ha dado cuenta del resultado de la Liquidación 2018 en la que se cumplen las tres normas que exige el Ministerio de Hacienda sobre estabilidad, deuda y regla de gasto. El ejercicio acabó con un superávit 16 millones y el portavoz de IU-Podemos lamenta que se dedique más dinero a pagar a los bancos que a obras nuevas aunque le explican desde la Intervención dedicar más de 3,6 millones a inversiones elevaba la cantidad total cerca de los 10 millones y suponía «un riesgo» de falta crédito (no queda claro por qué ese riesgo si a los bancos les dan 4 millones más de lo programado)

Por último, la Cuenta General, de 2018 ha sido aprobada y se explicó a los concejales que se voto no les confiera ninguna responsabilidad sobre su contenido. El documento sale ahora a exposición pública para recibir reclamaciones. Cuando sea definitiva se enviará al Tribunal de Cuentas. IU duda sobre 90 millones  pendientes de cobro pero la Tesorería aclara que solo son 28.