La EMV se olvida de prorrogar el encargo para cobrar multas

F. F.
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Ha estado cerca de perder miles de euros por su «actuación poco diligente» pero el Gobierno municipal le reconoce su «buena fe» y ha decidido pagar el trabajo que ha seguido haciendo

La EMV se olvida de prorrogar el encargo para cobrar multas - Foto: Yolanda Redondo

La Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) ha estado a punto de perder ingresos por valor de unos miles de euros debido a que ha dejado caducar, sin ejercer la prórroga, el contrato (encargo, en realidad) que tiene firmado para la gestión de las multas que impone el Ayuntamiento de Toledo.

El error propio, unido a una omisión de la Junta de Gobierno, ha provocado la necesidad de adoptar un acuerdo de urgencia para «dar cobertura» a la EMV (es decir, pagarle el servicio que sigue prestando) desde el pasado 31 de diciembre hasta que se formalice la prórroga «expresa» del contrato.

A falta de construir pisos, la EMV, a la que no sobra ni un euro, más bien lo contrario, le escasean muchos, no deja de producir curiosidades de lo más pintorescas como la que se narra en este extracto de expediente revisado por la Junta de Gobierno el 12 de febrero (mes y medio después de la metedura de pata).

Resulta que desde el 1 de enero de 2018 la EMV tiene un encargo del Ayuntamiento para que gestione las multas (tramitar y cobrar) durante dos años y esta relación puede ser prorrogable por otros dos años más, pero no de forma automática sino que requiere una serie de pasos explícitos, concretos y anuales (que lo apunten para que el que viene no se repita el fiasco).

Llegado el momento, ni la EMV tramitó la solicitud ni la Junta de Gobierno adoptó el acuerdo de prórroga y han tenido que ser los funcionarios quienes enciendan la alarma.

Lo primero que han comprobado es que la EMV, aunque sin respaldo legal vigente, sigue ejerciendo la labor de cobrador de multas municipales «en base a los principios de buena fe y confianza legítima» en el acuerdo que rige sus relaciones con el Ayuntamiento de Toledo.

Sin embargo ese mismo acuerdo dice (en la cláusula 12) que las prórrogas deben ser «expresas y previas a la finalización del plazo inicial», es decir que debía haber sido firmada antes del 31 de diciembre.

Por lo tanto, el mes y medio de desfase, «denota, sin duda, una actuación poco diligente por parte de la EMV» aunque como tiene solución «no estamos ante un incumplimiento total de dicha estipulación sino ante un retraso, dado que por la EMV se está preparando el oportuno expediente de prórroga del encargo».

A la vista de la sucesión de hechos, valorando los agravantes y atenuantes, y para no incurrir en un «enriquecimiento injusto a favor del Ayuntamiento» (quieren decir para no quedarse el dinero que en circunstancias normales tiene derecho a cobrar la EMV por gestionar las multas), la Junta de Gobierno ha aprobado «dar cobertura a las actuaciones llevadas a cabo por la EMV desde el 3     de diciembre de 2019 hasta la fecha en la que se acuerde la prórroga del encargo, que se encuentra en fase de tramitación» (no se especifican cuantías ni hay noticia de que este se haya solucionado ya).