Una impresionante bola de fuego cruza el cielo nocturno

Europa Press
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El Complejo Astronómico de La Hita (Toledo) ha registrado en la madrugada del 14 de enero, a las 22.27 hora local, una impresionante bola de fuego cruzando el cielo nocturno, que llegó a tener una luminosidad similar a la de la luna llena.

Roca procedente de un asteroide registrada el 14 de enero. - Foto: FUNDACIÁN ASTROHITA

Los detectores que la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa (Red SWEMN) opera en el Complejo Astronómico de La Hita (Toledo) ha registrado en la madrugada del 14 de enero, a las 22.27 hora local, una impresionante bola de fuego cruzando el cielo nocturno, que llegó a tener una luminosidad similar a la de la luna llena.

Debido a su elevado brillo, pudo ser vista desde la mayor parte del país. El bólido fue visto por numerosos testigos que se hicieron eco del fenómeno en redes sociales. La mayoría de estas personas se encontraban en las zonas centro y sur del país, ha informado el Complejo Astronómico en un comunicado.

También la grabaron los detectores que este mismo proyecto de investigación tiene instalados en los observatorios de Calar Alto (Almería), Sierra Nevada, Sevilla, Huelva, Madrid (Universidad Complutense), El Aljarafe (Sevilla) y La Sagra (Granada).

Esta bola de fuego ha sido analizada por el investigador responsable del Proyecto SMART, el astrofísico José María Madiedo, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). Según los resultados de este análisis, el fenómeno se produjo al entrar en la atmósfera terrestre una roca a una velocidad de unos 48.000 kilómetros por hora. La roca procedía de un asteroide.

Estas rocas que se cruzan con la órbita de la Tierra reciben el nombre de "meteoroides". El brusco rozamiento de la roca con la atmósfera a esta enorme velocidad hizo que la roca se volviese incandescente, generándose así una bola de fuego que se inició a una altitud de unos 86 km sobre la aldea de Ventillas (suroeste de la provincia de Ciudad Real).

Desde allí avanzó en dirección este y se extinguió a una altitud de unos 23 kilómetros sobre Sierra Morena, casi sobre la vertical de la aldea Las Tiñosas (Ciudad Real).

La gran luminosidad que alcanzó este bólido hizo que pudiera verse desde más de 500 kilómetros de distancia. En total, la bola de fuego recorrió unos 63 kilómetros en la atmósfera. Otro resultado importante de este análisis preliminar es que la roca no se destruyó completamente en la atmósfera, ya que una pequeña parte de ella habría sobrevivido, cayendo al suelo en Sierra Morena en forma de meteorito.