Hay que ir a Villaseca a los toros

Dominguín
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Interesante festejo, la segunda novillada del Alfarero de Plata con gran aptitud de los novilleros ante astados de la tierra. Solo cortó una Oreja Eric Olivera, pero rozó a gran altura Peñaranda, y se vieron buenos detalles de 'El Melli'

La plaza acogió gran cantidad de público. - Foto: Dominguín

Se trata de una liturgia, de una obligación para los taurinos, acudir a los toros al coso La Sagra, pero sería conveniente que aquellos que aún no han ido vayan. Hay que ir a Villaseca de la Sagra a los toros. Allí te encuentras la plaza más joven de la provincia, de las más cómodas, donde por su reducido ruedo, se está interactuando con toreros prácticamente. Los novillos que se lidian son serios y el calor taurino se respira por todos sus rincones.

Luego te encuentras con personas como Jesús Hijosa, su alcalde que le pone pasión y coherencia a todo lo que allí se lleva a cabo. Tal es así que tuvo que intervenir para que quien escribe está crónica pudiera ocupar el sitio otorgado por las autoridades competentes para llevarles a ustedes este trabajo, y que otros negaban, a través de enviados sin culpa. Gracias Jesús por el espacio y la atención hacia quienes contamos en este medio lo que allí ocurre. 

Es también el artífice del apoyo a las ganaderías toledanas, que durante cuatro sábados se medirán entre ellas y con los novilleros seleccionados. Todo ello en una edición novedosa, rompedora y que apoya desde abajo a los que más lo necesitan que son la nueva savia del toreo.

Todos los novilleros estuvieron con ganas, como ‘El Melli’ con el capote.Todos los novilleros estuvieron con ganas, como ‘El Melli’ con el capote. - Foto: DominguínHubo buena entrada en los tendidos, aficionados locales y venidos de distintos lares, siempre cuidando las medidas sanitarias, y llevando las mascarillas. El coso inmaculado abría a golpe de cerrojo su puerta de cuadrillas a la hora fijada, y el alguacilillo rompía plaza marcando el dorado albero que cubre cual alfombra su piso. Los seis novilleros y sus seis cuadrillas, cruzaron hacia la presidencia pausadamente no sin antes parar en el tercio, y desmonterados y erguidos, escuchar los acordes del himno nacional. 

El primer eral del festejo le correspondió a Clemente Jaume, novillero francés que sorteó uno de los ejemplares de Juan García Rivera. Fue el animal ovacionado de salida por su presentación y cuajo, siendo recibido con gusto con la capa. Peñaranda dejó su particular tarjeta de visita en un quite por chicuelinas. Las querencias marcadas por el animal no fueron corregidas a tiempo por el novillero, que se vio obligado a hacer la faena en las tablas, con el único lucimiento del arrimón. Saludó al acabar con el animal la ovación con la que le premió el respetable.

Turno en segundo lugar de un astado de la ganadería de Carlos Serrano y de Alejandro Peñaranda. Una simbiosis que a la postre pudo ser de triunfo y que el remate acertado con los aceros le privó de trofeos. No obstante, lo recibió con encaje con la capa, sabedor de los terrenos del astado y llevándolo embebido a la rosa tela. La inteligencia los tiempos y las distancias fueron las notas predominantes del novillero. El animal transmitía una barbaridad cuando repetía una y otra vez a la pañosa. Pero sobre todo los pasajes de mayor calidad se vieron cuando citó con firmeza del pupilo de Carlos Serrano, ahí los tendidos atronaron. Los naturales, largos y con temple, precedieron a un gran pase de pecho de pitón a rabo, que fue el epílogo de la faena, llamada al triunfo y que solo llegó un leve reconocimiento del público.

Eric Olivera estuvo al más alto nivel.Eric Olivera estuvo al más alto nivel. - Foto: DominguínEn tercer lugar, saltó a la arena el segundo novillo de Carlos Serrano, más cuajado y serio que su antecesor. El novillero que se enfrentó con el eral fue Eric Oliver que lo recibió con el capote por verónicas que hicieron encajar al astado alrededor de su esbelta figura, tras lo cual lo remató con la media de cartel de toros. El siguiente espada, Rubén Núñez, salió hacer el quite que le correspondía. El novillo de Serrano se venía con transmisión y seriedad, teniendo que ponerle la muleta en la cara plana para que la cogiese y siguiese con fondo y por bajo. Pero el astado salía con la cara por alto lo que hay que desatacar como doble mérito del espada. Una sensacional tanda con zurda, despacio, suave y con gusto, fue el momento más importante, tras lo cual el eral se lastimó. Pero Olivera no cesó en el empeño de cerrar su intervención con detalles y alardes que gustaron en las gradas. Se tiró a matar por derecho y cobró una certera estocada en lo alto, que le valió para cortar la primera oreja del festejo que paseó aferrado a ella durante toda la vuelta al anillo.

Rubén Núñez, alumno de la escuela de Guadalajara, demostró el valor desde que se abrió de capa. Lo que si gustó fue el espectacular comienzo de faena con la muleta rodilla en tierra que levantó a los asistentes de sus asientos, jaleándole y animándole. Entonces fue cuando el novillo se vino abajo y a Núñez no le quedó otra que meterse entre los pitones del astado con una faena de entrega, pero intermitente que tuvo calado en los tendidos. Finalizó su paso por Villaseca con unas palmas de agradecimiento.

En quinto lugar, salía el tercero de la ganadería de Carlos Serrano y correspondió a Jesús Romero su lidia. El novillero quiso agradar, pero la complicación del animal, solo le dejó la solución de arrimarse dejando buenos momentos. Con la espada acertó con los aceros al primer encuentro y fue ovacionado por el respetable tras su actuación. 

El que cerró la tarde, le correspondió al sevillano ‘El Melli’, que de rodillas recibió al novillo siguiendo incorporado lanceando por verónicas con gusto y rematando con una larga cordobesa. El animal no desarrolló todo lo se esperaba de él, y solo le quedó a la muleta del sevillano, apaciguar la bronca embestida del eral que fue apagándose. Dejó lo que era una faena de triunfo en una ovación al novillero andaluz por su predisposición y entrega.