La Oficina de Turismo registra 2.000 visitas en un mes

C.M
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El edil de Turismo valoró la cifra a pesar de significar «menos de la mitad de las recibidas el pasado año». De ellas, algo más de 1.700 han sido de españoles

Toledo se despereza mientras espera al turismo - Foto: David Pérez

La oficina de información turística del Ayuntamiento reabrió sus puertas el pasado 22 de junio tras el estado de alarma y los datos recogidos permiten «cierto optimismo» porque «crecen las visitas nacionales y de proximidad». Con esta percepción, Francisco Rueda señaló que desde la citada reapertura se han atendido unas 2.000 visitas, de las que un 85% se corresponden a turistas nacionales, un dato similar al de 2019.

De hecho, apreció el edil que mientras que el pasado año la fluencia nacional llegó a las 1.800 personas, en esta ocasión  han sido superior a las 1.700. Visitantes que llegan «sobre todo de Madrid y de las provincias de Castilla-La Mancha» y que, fundamentalmente son «familias y parejas» porque como era de esperar «la caída importante se ha dado en el turismo de grupos». No ocurre lo mismo, lógicamente, con el turismo internacional que tan sólo ha sobrepasado las 300 visitas, cifra muy alejada de la habitual por estas fechas.

«no conozco el informe de busquets». El concejal de Turismo, preguntado por algunas de las consideraciones emitidas por el arquitecto en su dictamen sobre la importancia del patrimonio como recurso económico, aseguró no conocer» el citado informe ya que, apuntó, «están trabajando con él en el área de Urbanismo».

Sin embargo, explicó que «no hay contradicción» entre lo apuntado por Joan Busquets y la línea de acción desarrollada por el equipo de Gobierno. Esto es, Rueda consideró que «puesto que básicamente nuestro turismo es histórico y cultural», es necesario «utilizar todos los recursos que poseemos» incluido «el yacimiento arqueológico» de Vega Baja.

Por ello, aseguró que están trabajando en el «planteamiento de una estrategia a largo plazo utilizando todos los elementos históricos y artísticos tanto los del Casco» histórico como los situados extramuros de la ciudad. No obvió apuntar, en este sentido, que «sobre todo ahora, por razones de sostenibilidad, esponjar el Casco histórico es una de las metas estructurales del turismo».

Se refería, Rueda, a la importancia de reducir la presión turística que recibe el Casco mediante la diversificación de la oferta, no en vano recordó que «también tenemos un recurso tan importante como el Circo romano». Elemento que, dicho sea de paso, apenas cuenta en la política turística de la ciudad pese a que cuando se organizan rutas guiadas por el lugar -auspiciadas por la Facultad de Humanidades- la demanda supera la oferta.