Los parcelistas del Cerro de los Palos: sin agua y con miedo

J. Monroy
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Afirman que si las llamas hubieran cruzado la carretera, se habrían achicharrado. Recuerdan que el agua es un Derecho básico y amenazan con denunciar al Ayuntamiento

Parcelistas del cerro de los Palos, sin agua, con miedo - Foto: ï»David Pérez

Se cumple un año del incendio que arrasó La Bastida y Montesión y los parcelistas del cerro de los Palos, sin suministro de agua potable, temen por su vida. Tal es así, que han comunicado a este diario su intención de llevar al Ayuntamiento a los tribunales si no les dan una solución a algo que consideran un Derecho Humano, recogido el 28 de junio de 2010 a través de la Resolución 64/292 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Fuentes de la Asociación de Parcelistas del Cerro de los Palos han informado a La Tribuna de que está estudiando la posibilidad de presentar una querella criminal al Ayuntamiento de Toledo por la obcecación de no suministrar agua, «marginando y despreciando una vez más a este colectivo, creando un agravio comparativo y estado de indefensión nunca visto en la administración, su voracidad recaudatoria es directamente proporcional a su incompetencia».

Argumentan estas fuentes que con las altas temperaturas del verano toledano y la escasez de agua en los pozos perforados, «miramos con profundo dolor la macro tubería que suministra agua a Polán y Guadamur, que transcurre paralela a cuatro metros de las parcelas y nos hurtan el derecho constitucional al agua, estamos dispuestos a pleitear hasta donde sea necesario, por defender nuestros derechos, incluido al Tribunal Europeo de Derechos Humanos».

En realidad, reconocen las mismas fuentes, «así estamos algunos parcelistas del cerro de los palos, los tontos que pagamos 950 euros de IBI sin ningún servicio, mientras que otros colectivos, los listos, tienen agua, luz y todos los servicios gratis total, y nos gustaría saber cuánto pagan de IBI». En todo caso, sí hay cinco parcelistas que tienen suministro de agua y los demás quieren el mismo trato por el Consistorio. «Pagamos impuestos como en los países nórdicos y servicios tercermundistas, esta no es zona rústica, que se enteren bien los técnicos municipales», apuntan.

Es cierto, reconocen los parcelistas, que hay pozos, pero a veces no funcionan. Sacan el agua del mismo manantial y a veces hay una lucha por ver quién madruga más para sacarla. La otra opción está siendo la compra de cisternas. Por lo demás, les explicaron en su día que si se empadronaban en esa vivienda tendrían agua, y no está siendo así.  A pesar de reivindicar el derecho varias veces e incluso presentar el certificado de empadronamiento, no hay agua.

A punto de quemarse. No les vale a los parcelistas la excusa de que se trate de terreno rústico, dado que «solo lo es a efectos de IBI, según la normativa que estableció el Tribunal Supremo». Aún así, el IBI se ha triplicado.

No en vano, se cumple en estos días el aniversario del trágico incendio de Montesión y La Bastida. Las llamas se saltaron la carretera en la cercana rotonda y allí se quedó, «pero si llega a avanzar cuatro metros más, nos hubiéramos muerto achicharrados todos los parcelistas, porque no tenemos agua y los bomberos no hubieran podido hacer nada». «Pues nada, a esperar que la próxima vez si salte la rotonda y nos achicharre el fuego, nuestros hijos y nuestros nietos seguirán pagando miles de euros de IBI, sin agua, sin recogida de basura regular, con unos caminos que parecen el rally París-Dakar, y a callar y a pagar, sobre todo a pagar», apuntan con ironía.

Además, los vecinos denuncian la supresión de uno de los dos contenedores de basura que en su día instaló Molina en el camino del vivero. Los vecinos han llamado a la empresa y apuntan que, con un solo contenedor, «cada vez que lo limpian, a los cinco minutos está lleno».