«Van a rebrotar muchas más encinas de las que parece»

J. Monroy / Toledo
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Ecologistas en Acción apunta que en la primavera se verá qué árboles logran rebrotar. Pero para que así sea, es necesario que no se arranque, que no se saque la madera o entre maquinaria

Si las raíces no han resultado quemadas, las encinas tienen la capacidad de rebrotar. - Foto: VÁ­ctor Ballesteros

La recuperación de las 1.227 hectáreas afectadas por el incendio de Montesión del pasado 28 de junio, apunta Miguel Ángel Hernández, va a depender del grado de exposición al fuego y las altas temperaturas. Hay espacios donde el fuego fue más intenso y otras con pendiente, donde la regeneración será más difícil. Pero muy posiblemente, explica el portavoz de Ecologistas en Acción, «van a rebrotar muchas más encinas de las que parece».

Lo normal, adelante Hernández, es que la recuperación del terreno comience por el pasto. En cuanto que pase el verano y lleguen las primeras lluvias, comenzará el ciclo de regeneración del monte. El terreno empezará a verdear; para que a lo largo del invierno y el comienzo de la primavera se vaya viendo qué arbusto y, sobre todo, encinas, van a rebrotar.

Serán, espera Hernández, bastantes encinas las que conseguirán salvar la vida. Porque aunque se vea la parte superior quemada, si la raíz no ha sido afectada, el árbol tiene la capacidad de rebrotar. Hay espacios en los que el fuego, dentro de lo malo, pasó muy deprisa. Hay encinas quemadas solo en parte. Eso es positivo, porque «no es lo mismo que la encina se esté quemando durante mucho tiempo y al final las llamas terminen por carbonizarla, a que el fuego pase muy deprisa, y aunque queme las hojas, no afecte al tronco, y mucho menos, a las raíces».

No obstante, todo será un proceso lento. Para que vuelva la cobertura vegetal y el grado de encinas que había antes del incendio, va a transcurrir mucho tiempo, dado que había zonas con encinas, aunque pequeñas, con mucha edad. Será necesario tiempo, y que además «todo vaya bien», apunta Hernández, es decir, que no haya intervenciones.

Finalmente, hay zonas que ya se ve que están muy afectadas, y que probablemente no tengan capacidad de generación, sobre todo de las plantas de porte arbóreo y arbustos. Pero habrá que esperar a la primavera, reitera Hernández.

Dejar que la naturaleza siga su curso. El bosque mediterráneo ha convivido con el fuego durante muchos milenios, «y tiene una capacidad de regeneración que si intervenimos, podemos poner en peligro, hay que ser muy cuidadoso con lo que se hace».

De ahí, la necesidad de «no tocar nada, no sacar la madera y no meter maquinaria». En primer lugar, todavía se desconoce qué pies van a poder regenerar por sí mismos, y podría ser que se quiten encinas que podrían salir adelante. Pero además, «si ahora introducimos equipo con maquinaria en el terreno, vamos a dañar mucho la superficie», de forma que se perdería «lo único bueno que nos puede ofrecer un incendio», es decir, unas cenizas que servirán de abono al terreno.