Francisco Cerro, contento de regresar a «su casa»

J. Monroy
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El nuevo arzobispo de Toledo madruga para llegar a la ciudad, donde apuesta por continuar con la labor de su amigo Braulio Rodriguez

Madrugó el nuevo arzobispo de Toledo, Francisco  Cerro Chaves para llegar a la ciudad. Todavía en calidad de electo, llegaba a la toledana puerta de Bisagra poco después de las nueve y media de la mañana de este martes, donde lo recibía la alcaldesa, Milagros Tolón.

En el interior del recinto, Cerro Chaves saludó a varios miembros de la Corporación, que lo esperaban bajo mazas, y a un nutrido grupo de fieles, sobre todo miembros de la congregación Catecumenal de Santiago el Mayor, que no pararon de cantar en ningún momento.

Allí Tolón hizo un presente al nuevo Arzobispo, un Toledo de damasquino. Este dirigió sus primeras palabras a la prensa, para mostrar su alegría por volver a la ciudad donde fuera ordenado por don Marcelo en 1981. Apuntó que su intención es continuar con la labor que hasta ahora ha estado desarrollando su amigo Braulio Rodríguez, con el que estuvo desayunando momentos antes.

don Braulio entrega el báculo a su sucesor Francisco Cerro. don Braulio entrega el báculo a su sucesor Francisco Cerro. - Foto: Manu Reino«Vengo encantado a Toledo, que es mi casa. Después de tantos años aquí, vuelvo al hogar, a mi casa de siempre, muy contento, muy feliz», comenzó a explicar. Para él, como para la Iglesia Toledana, fue «un día de mucho gozo, un día histórico». Un día, además, en el que la presencia de compañeros le hizo sentirse «respaldado y apoyado». Durante su desayuno, pudo ver a Braulio Rodríguez terminando de recuperarse y «muy ilusionado». Su idea es «seguir trabajando como los demás obispos, por la pastoral vocacional, por la pastoral juvenil, la presencia de los laicos, como en la última Curia Episcopal de Madrid; voy a seguir trabajando en las mismas líneas pastorales que hasta ahora, que en el fondo es acercarse al mundo de los que sufren, de los pobres y de los que están necesitados de la misericordia del Señor».

Por su parte, Tolón apuntó que para ella este era «un día importante como alcaldesa y como católica». Comunicó a Cerro Chaves que la relación entre Ayuntamiento e Iglesia tiene que ser «muy fluida, constante, porque la Iglesia tiene mucho peso en una ciudad milenaria, como Toledo». También dio su reconocimiento a quien estudiara en Toledo y fuera párroco en Toledo. Finalmente, la alcaldesa tuvo palabras de recuerdo para Braulio Rodríguez.

Antes de subir a la Catedral, el nuevo arzobispo todavía tuvo un momento para entrar a rezar a Santiago el Mayor.

Francisco Cerro, contento de regresar a «su casa»Francisco Cerro, contento de regresar a «su casa» - Foto: Manu ReinoCatedral. Minutos más tarde tenía un afable encuentro con el presidente regional, Emiliano García-Page, quien recibía a Cerro Chaves en la puerta de la Catedral Primada. Tras bajar del coche oficial, el nuevo arzobispo descendía por Arco de Palacio junto a Tolón, en medio de tímidos aplausos. El núcleo de los fieles, en realidad, esperaba en el interior del templo.

En el atrio de entrada a la Primada  lo esperaban el Colegio de Consultores, el deán del templo y lo Señores Capitulares. Estaban también presentes el arzobispo administrador apostólico, Braulio Rodríguez; el Nuncio Apostólico en España, Bernardito Cleopas Auza; el presidente de Extremadura; el delegado del Gobierno, Francisco Tierraseca; y el presidente de las Cortes regionales, Pablo Bellido. Fue Juan Miguel Ferrer quien le ofreció el Lignum Crucis para que lo besara. Cerro Chaves hizo su profesión de fe y el juramento prescrito antes de comenzar la procesión por las naves de la Catedral.

Arzobispo, curia y representantes políticos entraban por la puerta de Reyes, abierta para el momento. Una vez en el templo, el todavía arzobispo electo inició una procesión bajo palio, portando el Lignum Crucis. No pudo faltar antes una visita a la capilla del Sagrario, patrona de Toledo, para rezar brevemente. Durante todo el recorrido procesional, se pudo escuchar el Laudem Regi, todo ello, hasta la sacristía, donde lo esperaban los obispos concelebrantes de la misa.

Al acto acudieron cinco cardenales: el arzobispo emérito de Madrid, Antonio María Rouco; de Valencia, Antonio Cañizares;  de Valladolid, Ricardo Blázquez; de Madrid, Carlos Osoro Sierra; y Aquilino Bocos Merino. También estuvieron presentes ocho arzobispos y 31 obispos, así como el alcalde de Cáceres, Luis Salaya, entre otras muchas autoridades civiles, judiciales, militares y eclesiásticas.