El consumo voraz de la sociedad ha alcanzado desde hace años a las Navidades, un periodo en el que la gente se esmera por sorprender con regalos anunciados por televisión. Con un desembolso notable y una búsqueda incansable de las mejores ofertas para despertar la ilusión. Sin embargo, el auténtico espíritu navideño apela a la generosidad sin una transacción económica. Por eso, el Ayuntamiento de Alameda de la Sagra promovió unas semanas atrás que los vecinos depositaran en un buzón agradecimientos a familiares, amigos o casi desconocidos por una obra o una virtud.

En total, la propuesta recibió 80 misivas, que fueron entregadas a los destinatarios el pasado día 23. «Mucha gente no se lo esperaba y, cuando veían el mensaje, se echaban a llorar», relata a este diario el alcalde de Alameda de la Sagra, Rafael Martín.

Un grupo de voluntarios, entre ellos niños, se encargaron de ir casa por casa según los remites para agradecer, por ejemplo, la atención a un familiar durante una grave enfermedad. «Era muy emocionante», explica el alcalde porque los destinatarios pasaban de la sorpresa inicial al estrecimiento por el mensaje. Incluso, algunos ancianos que no pueden leer escucharon de la voz de los improvisados carteros el contenido de la misiva. «Queríamos unir a todos los vecinos», comenta el regidor. Tanta emoción repartida apenas supuso un desembolso de 20 euros para el Consistorio.

«Todos han participado de la expectación, lógica, y, principalmente, de la ilusión. Esta última nos ha hecho disfrutar como cuando éramos niños», destacaba el Ayuntamiento en la difusión ayer por las redes sociales del resultado de esta sugerencia. Al respecto, Martín señalaba que estas misivas iban orientadas a reconocer «gestos que todo el mundo hace de buena fe en algún momento del año».

El alcalde de este municipio de la comarca de la Sagra con 3.500 empadronados lamenta que muchos vecinos no tuvieron conocimiento de esta propuesta y no dejaron las cartas en el buzón instalado en el Ayuntamiento de Alameda de la Sagra y confeccionado a tal efecto.

«El año que viene habrá más cantidad de cartas», asegura Martín, encantado con el efecto de esta sugerencia. «Qué poco cuesta hacer feliz a una persona cuando hay voluntad para hacerlo y sinceridad para transmitirlo», reflexionaba el equipo de Gobierno en las redes sociales.