El dinero es muy miedoso; huye de las incertidumbres. Éste es un axioma que repiten los economistas y que la pandemia ha venido a confirmar. Al menos en la provincia de Toledo. Las consecuencias económicas y sociales de la pandemia, el temor a perder el empleo o ver reducido el sueldo a consecuencia de los ERTE, la ausencia de certeza sobre cuando se recuperará la ‘antigua normalidad’, la falta de un tratamiento que minimice la presión asistencial que sufren los hospitales mientras el mundo espera la comercialización de una vacuna contra el nuevo patógeno ha provocado que las familias y las empresas toledanas hayan acentuado su ya de por sí marcado perfil financiero conservador. Un ‘genotipo’ que se ha ido reforzando en los últimos años debido también a la desconfianza generada por algunos productos financieros complejos como fueron las preferentes.
Los toledanos ahorraron 756 millones de euros durante los tres meses que duró el confinamiento en la primera ola de la pandemia, de abril a junio de 2020. Así consta en el Boletín Estadístico publicado por el Banco de España. Una estadística que confirma que el consumo se contrajo durante los meses duros del confinamiento y que el ahorro se convirtió en una prioridad como medida de prevención ante unas turbulencias económicas de consecuencias desconocidas.
Empresas privadas, personas físicas y familias tenían a finales de junio depositados en las entidades financieras un total de 13.297 millones de euros. Esta multimillonaria cantidad supone un incremento del 6,02% con respecto al trimestre anterior que se cerró con 12.541 millones de euros en los bancos. Se trata de un incremento récord en un sólo trimestre.
Además la hucha engordó especialmente en las cuentas a la vista, que no generan rentabilidad alguna, pero que permiten tener el dinero disponible en cualquier momento. Se trata de una ‘economía de guerra’ que explica que el dinero que atesoran las libretas haya pasado de los 10.070 millones de euros de finales de marzo a los 10.973 millones de euros con los que se cerró el primer semestre de este año. La cantidad contrasta con los 1.759 millones de euros que los toledanos tenían depositados en cuentas a la vista en bancos y cajas a mediados de 2010. Por tanto, en diez años los ahorros en cuentas a la vista se ha multiplicado por seis.
A ello también han contribuido los tipos de interés negativos que han anulado por completo el atractivo que quedaba a los depósitos a plazo. Los toledanos conservaban en septiembre de este año de 2.324 millones de euros en este tipo de producto financiero. En un trimestre el descenso fue de 147 millones de euros, lo que supone una caída trimestral del 5,94%. En cualquier caso el importe es significativamente inferior contabilizado hace 10 años cuando los toledanos tenían colocados 6 396 millones de euros a plazo fijo. El desplome en dos lustros ha sido, por tanto, del 63,66%.
El ‘colchón’ de dinero ahorrado en cajas y bancos no sólo se ha hecho más mullido en el segundo trimestre de 2020 para familias y empresas, ya que también las administraciones han incrementado sus saldos bancarios al pasar de los 460 a los 492 millones de euros. En este caso el incremento es del 6,95%.
Sumados los ahorros de empresas radicadas en la provincia y toledanos a los depósitos de las administraciones, el sistema financiero de la provincia atesoraba 13.788 millones a finales de junio frente a los 13.001 millones de marzo. El incremento en los meses más duros de la pandemia fue del 6.05%.