La antigua iglesia de San Pedro, ubicada donde ahora comienzan los trabajos del  futuro Mercadona del Casco, era un templo mudéjar, construido entre el siglo XIII y parte quizá del XIV, momento de la llegada y consolidación del mudéjar en la ciudad. Se trata de un edificio con mucha historia aunque relativamente desconocido en el patrimonio talaverano, que ahora recreará parte de su edificación en la futura construcción de la cadena de supermercados valenciana.

La de San Pedro era una de las cuatro iglesias dentro del primer recinto amurallado, junto a la de San Clemente, Santiago el Viejo y Santa María, y según explica el arqueólogo César Pacheco, ya se menciona en documentos del  siglo XII, «aunque el edificio que conocemos en imágenes es del XIII».

El templo, de origen mudéjar, contaría en su origen con tres naves, una  torre campanario y dos puertas principales, una en Arco de SanPedro y otra al lado contrario, en la plaza del mismo nombre. Como la mayor parte de iglesias medievales, contó posteriormente con ampliaciones en época renacentista y barroca, con varias reformas y nuevas capillas, que pertenecían a familias nobles, según indica la documentación histórica. La capilla mayor, por ejemplo, era de la familia de los Polo. Pacheco indica que era habitual la ampliación de los templos, porque se quedaban pequeños con el paso del tiempo y por la nueva concepción que supone el Concilio de Trento, donde las disposiciones de las iglesias exigen nuevos espacios.  

La iglesia cumplía una función de nexo parroquial en una jurisdicción dentro de la villa, donde fundamentalmente destacaba la presencia de comerciantes, nobles e hidalgos. De hecho, indica Pacheco, este templo era sede de la cofradía o hermandad de los 30 Hijosdalgos de Talavera, «corporación a la que pertenecía solamente gente que pudiera acreditar limpieza de sangre y herencia de varias generaciones de cristianos viejos, nobles o hidalgos».

También se sabe que el templo se encontraba en el ámbito de una de las partes principales de la antigua judería, según revelan los trabajos sobre los judíos en Talavera. El arqueólogo asegura que la calle Vicaría, Arco de San Pedro y el entorno de la iglesia de San Pedro contaba con gran presencia de comercios y artesanos judíos, hasta que son expulsados en 1492. Hay documentos que hablan incluso de la posible presencia, muy cercana, de la antigua sinagoga.

La iglesia de SanPedro funciona como parroquia hasta 1842, cuando el índice demográfico que experimenta una baja considerable, obliga al Arzobispado a un reajuste y, como las iglesias del Salvador y Santa Leocadia, se adscriben a Santa María La Colegial.

La desamortización y otras circunstancias hacen que el templo abandone su uso sagrado, y se  convierta en residencia, tienda o almacén, hasta que la familia Moro se hace con su propiedad, en el siglo XIX. Algunos documentos hablan de las ruinas del edificio en 1818, no solo por este abandono sino también, con toda seguridad, por los daños sufridos años antes por la Guerra de la Independencia, como otros muchos edificios religiosos.

Así permanece hasta su derribo, alrededor de 1954-55, fecha en la que también comienza a construirse el ya antiguo edificio de Merkamueble, que pertenecía aún a la familia Moro.