La policía desaloja una fiesta en el Casco con 29 jóvenes

F. J. R.
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Fue en la calle Descalzos y los agentes descubrieron gente oculta en armarios, terrazas, debajo de la cama y hasta en el frigorífico

La policía desaloja una fiesta en el Casco con 29 jóvenes

Escondido en un frigorífico para no ser multado por la policía como si se tratara de una mala película de risa. Ésa fue una de las surrealistas escenas que se encontraron los agentes de la Policía Local de Toledo cuando en la madrugada del sábado al domingo se acercaron para comprobar una queja vecinal por ruido en un domicilio de la calle Descalzos, en el Casco Histórico.

Era la 1:30 horas y hacía rato que de ese piso en concreto no dejaba de sonar música y ruido de voces. Era evidente que se estaba celebrando algún tipo de fiesta, que no cesó hasta que los agentes tocaron a la puerta. Del bullicio al silencio en una fracción de segundo, previo paso a una serie de alocadas carreras.

Era evidente que algo raro estaba pasando en ese domiclio. Se trataba de un piso de alquiler con tres inquilinos jóvenes que estaban celebrando una fiesta. La situación podría ser hasta normal, de no ser por el elevado ruido a esas horas y el pequeño detalle de encontrarnos aún en estado de alarma.

Por esa última circunstancia los agentes procedieron a identificar a todas las personas que se encontraban en ese domicilio, iniciándose un sorprendente reguero de gente.

El colofón final llegó con el registro del piso. Los policías comenzaron a encontrar a jóvenes escondidos debajo de las camas, en los armarios y hasta algunos que habían intentado huir por las terrazas. Lo más esperpéntico de todo llegó al comprobar unos ruidos en la cocina y percatarse de que había un joven escondido en el interior del frigorífico. Por su salud, casi le vino bien que los agentes le descubrieran.

En total, en el domicilio se habían citado 29 jóvenes con una medida de 25 años de edad. Muchos de ellos eran estudiantes extranjeros de Erasmus que no habían dudado en saltarse las normas para reuniones sociales establecidas en la Fase 2 de la desescalada.

Las reuniones en domicilios sí que están permitidas, pero hasta un máximo de diez personas. Y, además, siempre respetando el descanso del resto de vecindario.

Por la segunda cuestión podía haberles caído una advertencia o un leve apercibimiento bajo promesa de moderarse, pero con incumplir la primera circunstancia les llevó a recibir 29 notificaciones de sanción entre los 601 y los 30.000 euros que sin duda les hará recordar para siempre esa fiesta. Con todo, lo más lamentable es que muchos no se dan cuenta que lo que está en juego es mucho más caro.