Escuela de Tauromaquia; escuela de vida

Mario Gómez
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La Escuela de Tauromaquia de Toledo 'Domingo Ortega' cuenta con una veintena de alumnos que persiguen el sueño de ser torero. Nombres como Álvaro Lorenzo, Ignacio Olmos, Rafa González o Tomás Rufo han pasado por sus instalaciones

El matador de toros Vanegas, visitó esta Navidad a los jóvenes toreros. - Foto: Joaquin Romera

Escasos seis kilómetros separan la sede de la Universidad de Castilla-La Mancha en San Pedro Mártir de la Escuela de Tauromaquia ‘Domingo Ortega’ de Toledo. El bullicio de los turistas, frente a la tranquilidad de las afueras. El saber de los libros, frente al saber de la vida. El motor comercial y económico, frente a la ilusión como motor de los actos....

Y es aquí donde en torno a una veintena de chavales, luchan por el sueño de ser toreros. Eso ya es complicado, hablar de lograr ser figura: un milagro. Pero ello no merma la ilusión y las ganas de ellos, quienes a pesar de las inclemencias meteorológicas, no cesan en el empeño de seguir sacrificándose.

Es en invierno donde la preparación se intensifica. El toreo de salón se convierte en fundamental para ir corrigiendo defectos e ir ahondando. Soñar con esas embestidas de la plaza, delante del público. Los olés y los alamares, en esta ocasión se cambian por frío y zapatillas de deporte.

La escuela abre por las tardes, en ella, bajo la dirección de Joselito de Vega, son muchos los becerristas, novilleros sin caballos, banderilleros que entrenan, además de algunos padres, abuelos o familiares que aprovechan el viaje para compartir charla. Ambiente distendido para ir inculcando poco a poco el toreo.

Se entrenan suertes, se habla de toros, se vive en torero, e incluso en ocasiones reciben visitas; como la del matador de toros venezolano Manolo Vanegas, que durante su convalecencia en la ciudad, ha querido compartir una tarde con los más jóvenes.

Son el futuro, y hay que cuidarlo. Opiniones a parte, lejos quedan las capeas en los pueblos. Pocos, son los que salen a día de hoy de recorrer los pueblos hatillo al hombro en busca de alguna embestida de una vaca vieja o un toro que no será lidiado en la plaza. Por lo que es significativo el hecho del alto número de clases prácticas organizadas, o la inclusión de los alumnos en novilladas sin caballos y festejos.

Respeto, disciplina, educación, contacto con el medio ambiente… son valores que se inculcan desde esta escuela y que tan válidos son para la vida. Es, una realidad latente, la dificultad de labrar carrera en el mundo del toro, pero al menos, los valores adquiridos quedarán para el resto de sus días.

Sin duda, esta búsqueda de sueños, esos desvelos en las noches y sacrificios a diarios, tienen como objetivo el torear, el «ponerse delante» el sentir las embestidas de un animal delante del público; la primera cita, a escasos 7 días, el próximo 19 de enero en Belvís de la Jara, primera cita de la temporada para los alumnos de esta escuela taurina, y de vida.