Toledo supera límites de partículas contaminantes de la OMS

J.A.J
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Registra unos 12,20 microgramos de partículas finas de combustión por metro cúbico de aire, cuando el límite de la OMS se sitúa en 10. Es la quinta ciudad con peores resultados. En partículas gruesas, es la décima con más concentración de España

Gráficos con las concentraciones de partículas detectadas en el estudio de la Fundación Española del Corazón.

Toledo supera los límites de partículas contaminantes en el aire marcados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así se recoge en un estudio de la Fundación Española del Corazón recientemente divulgado.

El estudio analiza dos tipos de partículas de materia en suspensión, las PM10 y las PM2.5, que son los productos contaminantes de mayor impacto medioambiental. Cuanto más pequeñas son las partículas, más dañinas pueden ser. Las PM2.5, que tienen menor diámetro, son más perjudiciales para la salud. Los dos tipos de partículas se emiten, por ejemplo, en la combustión de los vehículos diésel, además de en la combustión fósil (petróleo, carbón, gas natural) y combustible de biomasa, en las temperaturas altas en procesos industriales, fundidoras, refinerías o acerías, entre otros.

Yendo a las partículas finas de combustión, las PM 2.5, Barcelona, Valencia, Sevilla, Albacete y Toledo, por este orden, encabezan el ránking de ciudades con más concentración. Así, Toledo registra 12,20 microgramos de partículas PM 2.5 por metro cúbico de aire, cuando el límite de la OMS se sitúa en 10.

En cuando a las partículas de más grosor, las PM 10, Toledo también rebasa el límite de la OMS y es la décima ciudad española analizada con mayor concentración. Llega a los 34,69 microgramos por metro cúbico de aire, cuando la organización sanitaria mundial fija la barrera de lo saludable en 20.

Riesgo cardiovascular.

El informe de la Fundación Española del Corazón advierte de la correlación entre la contaminación en el aire y episodios coronarios como los infartos de miocardio. «Lo que hacen estas partículas, al pasar por el torrente sanguíneo, es favorecer la trombosis y potenciar la aterosclerosis mediante inflamación vascular, estrés oxidativo y disfunción endotelial», explica el doctor Jordi Bañeras, cardiólogo de la unidad de críticos cardiovasculares del Hospital Vall d’Hebron, en una nota de la Fundación.

El Dr. Bañeras señala que «hasta un 0,88 por ciento de los infartos podrían atribuirse a la contaminación, pero lo más preocupante es que la polución empeora el pronóstico de estos eventos cardiovasculares».

El infarto de miocardio causa cada año en España cerca de 15.000 muertes, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).