«Alfonso X no creó la Escuela de Traductores de Toledo»

Mario Gómez
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La directora de la Escuela de Traductores de Toledo, María Teresa Santamaría, explica este interés por la traducción que existe desde antes de la intervención del monarca

Ilustración de ‘El libro de los Juegos’ publicado en 1252.

La entrevista a la directora de la Escuela de Traductores de Toledo, comienza desterrando un mito. «Alfonso X no creó la Escuela de Traductores». María Teresa Santamaría comienza dejando claro que la actividad traductora vinculada a la ciudad de Toledo data de un siglo antes del nacimiento del monarca sabio.

«Es cierto que Alfonso X incentivó las traducciones al castellano desde el árabe en el siglo XIII, pero antes había un importante volumen de traducciones del árabe al latín» recalca, para especificar que durante el siglo XII, no fue menor la labor traductora y el propio Alfonso X fomentaba la traducción al latín de los escritos cuando pretendía que tuvieran cierta «relevancia internacional».

Lo que sí es corroborado, es el  interés fehaciente del rey por las traducciones y la cultura, hecho que podría deberse a su madre, Beatriz de Suabia. «Era una mujer culta, que se había criado con su primo Federico II rey de Sicilia y de quien Alfonso recibió esa influencia».

María Teresa Santamaría, directora de la Escuela de Traductores de Toledo.María Teresa Santamaría, directora de la Escuela de Traductores de Toledo. - Foto: Víctor BallesterosPero es cierto que el movimiento traductor no ha parado nunca en Europa, y a este importante periodo del siglo XII  habría que añadir durante el siglo XIII las de la Corte del citado Federico II de Hohenstaufen, las propias traducciones de Alfonso X con sus características, y las posteriores del Renacimiento o las humanísticas, que se integran en uno de los momentos de creación de la Europa moderna, pero matiza que «son momentos diferentes» y estas últimas no son «particularmente toledanas o vinculadas a Toledo» como sí lo fueron las de los siglos XII y XIII.

Es por tanto el denominado «escritorio de Alfonso X» el que vertebra esa cercanía a la toledanidad,  a pesar de que según afirma la Catedrática de Filología Latina en la Universidad de Castilla La Mancha, los autores se movían y no se puede localizar «exactamente» el lugar de las traducciones.

Actualmente, la Escuela de Traductores de Toledo, es un centro de investigación de la UCLM, fundamentado en las traducciones desde el latín y desde el árabe, para poner en valor la presencia y la importancia de las lenguas que tradicionalmente se han utilizado en las traducciones vinculadas a Toledo.

Como  centro de investigación llevan a cabo «proyectos de investigación» relacionados con traducciones del árabe al latín realizadas en Toledo en la Edad Media, recuperando por ejemplo las traducciones médicas de Gerardo de Cremona (célebre traductor italiano del siglo XII), desarrollando la edición de estos textos y posibilitando su estudio ya que «están sin estudiar». Ello también permite realizar traducciones «neolatinas de la etapa del Renacimiento, que son las que impulsaron el progreso y crecimiento de Europa en todos los aspectos».

La financiación, reconoce Mª Teresa que, les llega por diferentes vías, ahora mismo en curso cuentan con una línea de investigación financiada con fondos nacionales,  otra «muy importante» regional, que ha permitido contratar investigadoras y una línea de investigación con financiación privada, por parte de una entidad bancaria, que está permitiendo recuperar un manuscrito de la Biblioteca Capitular de Toledo, escrito por un judío converso de principios del siglo XVI, que realizó un diccionario médico «muy importante», y que su nieto «un humanista muy destacado» cedió en aquella época a la biblioteca de la Catedral.

Una red de más de 40 investigadores españoles, repartidos en seis equipos de trabajo que se completan además algunos investigadores extranjeros, coordinada desde este organismo y que permite una de las tareas más complicadas a las que se enfrenta Santamaría y su equipo: la de localizar los textos. En ocasiones los textos se encuentran mal catalogados o «perdidos» y hay que realizar una labor de «rastreo» afirma.

En las casi tres décadas que lleva dedicada a la recuperación de textos de medicina, y en particular a las traducciones médicas, así como obras botánicas, fitoterapia y zooterapia,  «las traducciones desde el árabe son una parte importantísima» por lo que en ese sentido, una situación «ideal» a la que aspirar en el ámbito científico, es la de «recuperación de textos y de una perspectiva contemporánea», ya que esos textos supusieron un gran progreso para distintas disciplinas.

Por tanto, la posibilidad de que los ámbitos lingüisticos (árabe y latino) pudieran confluir era algo necesario y «la Escuela es un centro excepcional para ello», por lo que es una «grandísima oportunidad y un lujo trabajar ahí» concluye.

Como consecuencia de aquel pasado, la Escuela debe aspirar a ser una zona de confluencia de culturas, pensamientos y lenguas, para poder enmarcar las traducciones contemporáneas.

Se trata por tanto, de «un centro de excepcionales características» puesto que es «el continuador de un pasado de progreso y combinación de lenguas» y que no hay uno de estas características en toda Europa y a buen seguro en el mundo.

Destaca la necesidad de «sacar fuera» la investigación científica que realizan, dando a conocer la relevancia de esta institución tanto a nivel regional y fuera de nuestras fronteras, ya que es un «centro estratégico para la Universidad, para Castilla La Mancha y para España a nivel internacional».

Por ello la «investigación científica que se realiza», puesto que a pesar de que se trate del ámbito de las letras es «fundamental para el estudio de la traducción», reconoce que puede ser «menos conocida», debido a su menor proyección en la sociedad, pero científicamente muy importante, ya que permite dar valor a un centro de investigación científica que «nos hace entender lo que somos y el valor de nuestras aportaciones al desarrollo de Europa, así como las relaciones con nuestra historia», siendo «un puente entre culturas y pueblos».