El sector agroalimentario de Castilla-La Mancha ha recibido una inyección de «más de 1.000 millones de euros» a lo largo del último año agrícola, el que comienza cada 16 de octubre y termina el 15 de octubre del año siguiente, coincidiendo con la aplicación de la Política Agrícola Común (PAC). Así lo dio a conocer ayer el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, en el Foro Agro Santander, organizado entre la entidad financiera y La Tribuna y en la que ofreció una conferencia sobre ‘El sector agroalimentario en tiempos de Covid’.

Durante su ponencia, el representante de la Administración regional detalló que de esos 1.000 millones de euros, casi 200 han correspondido al programa de desarrollo rural mientras cerca de 800 millones han llegado al sector a través de las ayudas directas de la PAC, además de otras políticas que se han desarrollado para un sector que supone «el motor» de la economía de la tierra.

En este sentido, tuvo una mención especial para la agricultura ecológica, con un desembolso de 35 millones, del mismo modo que afirmó que se acaba de hacer un pago que llegará a las cuentas de los agricultores mañana viernes relativo a las medidas agroambientales de más de 10 millones de euros, que acompañará -dijo- a los 325 millones avanzados por el presidente regional, Emiliano García-Page, que corresponden al anticipo de la campaña siguiente «para cerca de 100.000 agricultores y ganaderos y que se paga en Castilla-La Mancha, como hemos hecho en los últimos cinco años, el primer día que ha sido posible».

El consejero de Agricultura se pronunció en este sentido tras destacar que el sector agroalimentario «ha estado a la altura» durante los difíciles momentos que se han vivido debido a la pandemia de coronavirus, garantizando no sólo la distribución, sino también la seguridad alimentaria.

«Es necesario que el sector agroalimentario siga tirando de la economía», dijo Martínez Arroyo tras indicar que representa el 16% de la riqueza nacional y que, además, durante los meses más duros, con el confinamiento de marzo, abril y mayo, ha representado el 50% de la facturación de la exportación en Castilla-La Mancha, un porcentaje «histórico» que, aunque reconoció que se debe a que otros sectores de la economía se han resentido, ponen de relieve el potencial de este sector y su respuesta en esos momentos de dificultad.

Del mismo modo, Martínez Arroyo ha asegurado que el sector agroalimentario sigue «muy pujante en la exportación» y que así lo reflejan los datos relativos al periodo de enero a junio, que se incrementó en un 2,2 por ciento.

la pac. El responsable de la consejería de Agricultura dedicó un capítulo especial a la futura PAC, una política que «es más necesaria que nunca. La PAC es también una compensación de renta, una garantía de mercado y la herramienta imprescindible para garantizar el futuro de nuestros pueblos».

Así, abogó por una PAC que llegue a todos los actuales agricultores y ganaderos, de manera que no se pierdan beneficiarios, en la que desaparezcan los derechos históricos, en la que haya una convergencia real de las ayudas y en la que se apoyó de manera especial el olivar tradicional de bajo rendimiento. Del mismo modo, se mostró partidario de que haya un techo de gasto a las explotaciones grandes y que se priorice a los agricultores a título principal, dijo trazando las grandes líneas por las que apuesta la región.

Por otra parte, el consejero señaló como la decisión de la que se siente más orgulloso el apoyo a la incorporación a la agricultura de 2.660 jóvenes en Castilla-La Mancha para garantizar el relevo generacional, del mismo modo que subrayó el apoyo a las mujeres rurales o destacó el peso que tiene la viticultura en la región, con medidas que han estado encaminadas a una mayor calidad de los productos. No en vano, indicó que la cosecha ha sido la de «más calidad de los últimos 10 años».

El consejero avanzó, además, la aprobación el próximo martes de un decreto que permitirá la venta directa de productos tan característicos de la tierra como los quesos artesanos, la miel o los hortícolas, mientras que en el ámbito de la comercialización internacional señaló la necesidad de que se eliminen los aranceles de países como Estados Unidos o acuerdos comerciales fructíferos como el conseguido con Japón o Canadá.