La importancia de los mayores

Susana Rodríguez (EFE)
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La pandemia ha puesto en evidencia la necesidad de redefinir el modelo asistencial actual con medidas que puedan garantizar la atención a domicilio y la teleasistencia

Solo el cuatro por ciento de los ancianos revela su deseo de vivir fuera de su hogar - Foto: Juan Ignacio Roncoroni

La crisis sanitaria y el devastador efecto de la pandemia en las residencias ha puesto sobre la mesa las carencias del sistema asistencial, un modelo cuestionado desde mucho antes de la COVID y que ha reabierto el debate de cómo debe atender la sociedad a sus mayores.

Es por ello que expertos del sector coinciden en la necesidad de definir el modelo de cuidados del futuro, poniendo la tecnología al servicio del mayor para que pueda vivir en su casa el máximo tiempo posible y situando «en el centro a la persona».

Las encuestas de opinión que hace de forma periódica la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) a los usuarios de residencias revelan que solo el cuatro por ciento quiere vivir en estos centros. Para esta sociedad científica, si se tiene como objetivo dejar que decida el interesado, el mayor reto de los Servicios Sociales es facilitar la permanencia en el domicilio el mayor tiempo posible.

José Augusto García Navarro, presidente de la SEGG, explica que es necesario potenciar el Servicio de Ayuda a Domicilio con un horario más amplio -la media está entre dos horas y media y cuatro horas semanales- y garantizar que se cubran todas las franjas.

Asimismo reclama más perfiles profesionales como complemento al trabajo del auxiliar. Si se quiere evitar la pérdida de actividad física, permitir las funciones básicas y superar el dolor psicológico que causan la soledad, la ansiedad o la depresión se necesitan más terapeutas ocupacionales y psicólogos.

El Círculo Empresarial de Atención a las Personas advierte de que casi «no existe mercado privado» en este ámbito. Cuando las familias necesitan contratar cuidados, lo hacen en el servicio doméstico y el trabajador carece de formación específica.

Además, los expertos señalan que la ayuda domiciliaria se debe complementar con las últimas tecnologías en la teleasistencia: sistemas de videoconferencia, telemonitorización de las patologías o control telemático de constantes vitales.

Por su parte, el presidente de la Asociación Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, José Manuel Ramírez, parte de la misma premisa que esta sociedad científica: «Antes de hablar del modelo residencial hay que decir que, como en casa, en ningún sitio». Por ello coincide en que el principal desafío es facilitar la permanencia en el hogar mediante la reconfiguración de la ayuda domiciliaria y una teleasistencia avanzada con servicios sanitarios.

En cuánto debe aumentar el número de profesionales es algo difícil de concretar porque hay que individualizar cada situación. El presidente de la SEGG considera que, como mínimo, habría que multiplicar por tres las plantillas, lo que implica un esfuerzo presupuestario.