La chapuza del ascenso a Segunda B de fútbol sala

J. M. Loeches
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La RFEF ha cambiado en varias ocasiones las reglas, no subirán equipos de algunas comunidades, habrá prórroga y penaltis y el Cobisa FS jugará en casa pero sin público

La chapuza del ascenso a Segunda B de fútbol sala

Se acepta que la situación provocada por la crisis del coronavirus es una contingencia y que la temporada tenía que resolverse de forma extraordinaria. Pero el caso particular de la Tercera División de fútbol sala es un caso aparte. Los criterios iniciales se han cambiado varias veces y, al final, está resultando una chapuza difícil de asimilar incluso para sus protagonistas.

Hay una certeza por encima de todas, que el Cobisa FS es el campeón del grupo castellano-manchego, se cuenten las dos fases o solo la segunda. Y es que, al determinarse que el primero jugará un partido por subir a Segunda B con el segundo han surgido las dudas. De momento no se ha decidido el rival, pero la Federación de Fútbol de Castilla-La Mancha sí que ha presentado a la RFEF su clasificación, basada en un coeficiente que tiene en cuenta los partidos de las dos fases. En ese caso, el filial del Viña Albali Valdepeñas es el segundo clasificado.

Pero ha surgido la voz discordante del Infantes FS, segundo tras las cuatro jornadas disputadas de la segunda fase pero con peor coeficiente que el Valdepeñas B en el global. El equipo de Villanueva de los Infantes se encuentra agazapado a la espera de la confirmación oficial. Si no se le tuviera en cuenta, recurrirá la decisión.

Pero el frangollo aumenta porque ya se está modificando también el criterio de que el primero y el segundo del Grupo XVI se debían cruzar con el segundo y el primero del Grupo XVIII (Andalucía). La Real Federación Española de Fútbol ha reorganizado todo y ha pensado que era mejor que los clubes se disputen el ascenso con los de su comunidad autónoma para limitar los viajes. Algo lógico de no ser porque para encajar las piezas, hay clubes que van a tener que rebasar sus fronteras para jugar este partido (si es que se juega). Así, las autonomías con dos grupos se cruzarán entre ellos y las que tienen uno lo harán en el propio... salvo en el caso  de cuatro. Ceuta se verá las caras con Melilla. Hasta ahí bien. Pero el campeón de Baleares se enfrentará al de Navarra y el de Castilla y León, al de Cantabria. Pura proximidad geográfica, sobre todo en el primer caso. Todo esto contando con que cuando se pueda celebrar la eliminatoria esté permitida la movilidad interprovincial. Por cierto, que los dos mejores de los grupos deCanarias suben directamente sin jugar. Otro desaguisado.

En el caso del fútbol se ha tomado la determinación de no disputar prórrogas ni realizar tandas de penaltis para desempatar, un criterio que no regirá en estos encuentros en fútbol sala, donde sí habrá tiempo extra en caso de que el encuentro no se decante para ninguno de los dos después de los cuarenta minutos reglamentarios.

Se pierde así otro beneficio que sí existirá en el balompié, el de que el mejor clasificado será el vencedor con el resultado de tablas. Para rizar el rizo, la contraprestación para el primero, en este caso el Cobisa FS, será jugar el partido por el ascenso en su pabellón. Pero sin público. Una ventaja a medias, y más en el caso del cuadro toledano, con una de las aficiones más fieles, numerosas y bulliciosas de toda la Tercera División. Al menos en Castilla-La Mancha.