Cercas y Vilas se alían para reivindicar la literatura útil

Javier D. Bazaga (SPC)
-

El ganador y el finalista del Premio Planeta, el mejor dotado en lengua española, presentaron ayer sus obras galardonadas que se adentran en la psicología de los autores y sus orígenes a través de sus protagonistas

Cercas y Vilas se alían para reivindicar la literatura útil - Foto: Luca Piergiovanni

“No eres escritor hasta que no ganas el Planeta”. Con esta frase expresaron Javier Cercas, ganador del Premio Planeta 2019, y Manuel Vilas, finalista, la sensación de haberse alzado con este galardón, el mejor dotado económicamente en español (600.000 y 150.000 euros respectivamente). Una reflexión curiosa viniendo de dos autores consagrados en el mundo de la literatura, y en los que se da la circunstancia de ser dos de las estrellas de la editorial rival Penguin Random House Mondadori. Ambos se sintieron agradecidos por este premio “tan popular” y “tan metido en la sociedad”, gracias a las novelas Terra Alta, de Cercas, y Alegría, de Vilas.

Ambos presentaron sus trabajos ante la prensa y mundo de la cultura en el Instituto Cervantes de Madrid, en un acto al que asistieron la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, quien les recordó que a “más libros, más libres”; la actual secretaria de Estado de la España Global y también escritora, Irene Lozano; la novelista Marta Rivera de la Cruz, consejera de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid; o Luis García Montero, poeta y director del Instituto Cervantes.

El acto lo presentó el presidente del grupo Planeta, José Creuheras, que agradeció a la vicepresidenta su presencia a un acto cultural en plena campaña electoral, y lo dinamizó la periodista Cristina Villanueva, que interpeló a los autores para explicar las motivaciones que les han llevado a escribir unas obras con muchos puntos en común, como la familia, la tierra o la herencia.

 

Relatos complejos y profundos

Terra Alta es una novela policíaca, donde un brutal asesinato sacude la vida de Melchor Marín, un mosso d'squadra y héroe anónimo en su día, que hoy disfruta de su familia con una felicidad nunca antes experimentada. Cercas levanta alrededor de este personaje una biografía compleja y profunda donde las contradicciones batallan con la verdad en una dura lucha interna.

En Alegría, Manuel Vilas vuelve a recurrir a su pasado y sus vivencias para configurar un relato en el que la búsqueda de la felicidad es el hilo conductor, mientras que la realidad se intenta imponer echando por tierra las aspiraciones del protagonista por encontrar esa alegría en todo lo que le rodea, en una lucha “bipolar” con su antagonista, Arnold, que le recuerda en todo momento que la alegría no es más que una ilusión, una falacia. “Arnold es el artista del caos”, le atribuye Vilas.

Ambas novelas “tienen algo de cervantinas” en esa búsqueda de la tierra, la familia. Esa patria lejos del sentido “tóxico” moderno, sino ese lugar “donde tienes tus afectos y tu familia” alega Cercas, quien asegura que los libros “nos cambian nuestra manera de percibir el mundo”. “Los grandes libros pueden salvar vidas”, y pone el ejemplo de su personaje en Terra Alta, el joven Melchor, que después de golpear a un profesor acaba en la cárcel donde el bibliotecario le enseña que “la mitad de un libro la pone el autor, y la otra mitad la pone el lector”.

El autor de Alegría le pone humor a las similitudes entre ambas obras. “Somos un matrimonio aburridísimo porque coincidimos en todo” asegura, ya que para él “la lectura te hace mejor, ensancha tu vida”. Es por eso que reivindicó ante Carmen Calvo la literatura “como una necesidad social. Hay que crear ámbitos para que se incentive la lectura en España”. “La lectura es un placer y una forma de vivir más y de manera más rica. La literatura es útil”, subrayó.

La presentación terminó con la recomendación de cada uno de los autores de la obra del otro. Vilas elogió el “ritmo trepidante” de la novela “hipnótica” de Cercas, que te atrapa en las 10 primeras líneas. “Un huracán literario muy bien templado” dijo, donde la trama se convierte en “una reflexión moral sobre la condición humana”. “Ha conseguido una reinvención siendo fiel a su universo literario” valoró.

Por su parte, Cercas dijo de Alegría que forma un “díptico” con Ordesa, su aclamada anterior obra, como una segunda parte “mejor que la primera”. “Un poema en prosa con una potencia verbal extraordinaria” dijo, aunque reservó la mayor alabanza para asegurar que “El libro de Manuel Vilas hace una celebración de este hecho milagroso que es estar vivos”.