Apenas ha tenido cuatro días el CD Toledo para recomponerse. El derrape de la Copa Federación ha reavivado el fuego de las críticas entre los aficionados. Cunde el desánimo, están decepcionados y acuden a todas las plegarias sabidas para que a su equipo no le caiga una goleada en la Ciudad Deportiva del Granada, frente al filial.

Ahora ya se ve a todos los rivales gigantes. Pero no porque en realidad lo sean, que lo son, sino porque sienten a los suyos pequeñitos e incapaces ahora mismo de plantarle cara a quien sea. Temen recibir un pisitón. El fútbol no entiende de argumentos lógicos. Ni siquiera de futuros predichos. Así que el cuadro verde necesita salir al campo a buscar otro resultado positivo que le mantenga los pies dentro del tiesto. Si no… se avecina semana de trajín, antes de volver al banquillo de los acusados: el Salto del Caballo.

La situación de la plantilla no parece la idónea para enlazar una segunda victoria seguida en la Liga, pero nunca se sabe. César Ortiz y Arturo Segado siguen lesionados y no van a participar, mientras que Dos Santos, Jesús Cambil y Mamau están sancionados por sus expulsiones en el derbi frente al CD Marchamalo. En tercer lugar está el problema de Adrián. Ya confirmado que no ha recaído de su grave lesión, Diego Merino tendrá que valorar si su cabeza rige al cien por cien para un partido de esta exigencia.

Después de esa tarea, tendrá claro el once inicial que desplegar en la capital andaluza. Va a jugar Olmedo, está claro, con una defensa en la que probablemente, los hermanos Gómez Martín, Chele y Mario, jueguen de centrales, con Esparza y Gomis en los laterales. En las tres patas de la mesa de mezclas, se reducen las posibilidades sin muchos de los jugadores específicos, así que jugarán Rodri, Víctor Andrés y Albero Bernardo. No hay más. Las bandas serán para Migue García y Dieguito, frente a su exequipo, y Valentín apunta a la posición de '9'.