Industrias de paz y convivencia en Israel

M.G
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La industria de Samaria cuenta con un 50% de árabes israelíes en la plantilla. La prueba de un avance real

Industrias de paz y convivencia en Israel - Foto: ï»VÁ­ctor Ballesteros

Si se habla de un Israel diferente, acogedor, que promueve la convivencia pacífica con los árabes, cuesta creerse que no se trate de un proyecto de ficción, pero esa realidad existe y ese mensaje es el que se empeña en trasladar desde hace años la asociación ACOM (Acción y Comunicación sobre Oriente Medio), que trabaja visibilizando que hay una zona de Israel donde la convivencia de ambos pueblos es posible y el respeto, la coexistencia y la paz se desarrollan gracias a un fuerte vínculo empresarial.

El colectivo, que protagonizó un desayuno informativo en el Parador de Toledo junto al Partido Popular, horas más tarde de la presentación del proyecto en Madrid y el encuentro con Ciudadanos y Vox, explicó su lucha «contra el antisemitismo en España» y, sobre todo, el modelo económico que ha permitido la creación «de lazos de amistad y fraternales» entre israelíes y palestinos», como avanzó Federico Zukierman, director de ACOM, consciente de que en la actualidad resulta muy complicado  «hablar de paz».

El representante de este colectivo ilustró ese ejemplo de convivencia que se desarrolla en Samaria, en la zona occidental «de los territorios en disputa». Allí, la zona industrial ha desembocado «en una cooperación económica que garantiza y blinda las condiciones para la estabilidad social» a través del empleo. En un territorio donde habitan unos 70.000 habitantes se puso en marcha un proyecto y las empresas asentadas allí dan empleo a los palestinos en las mismas condiciones que a los israelíes.

En este caso, Zukierman destacó una zona concreta, la de Barkan, que cuenta con 164 fábricas y 8.000 empleados, de los cuales el 50% de ellos son palestinos, cobran el salario mínimo de 1.400 euros mensuales, una cuantía muy significativa para ellos, puesto que los que trabajan bajo la Autoridad Palestina perciben únicamente 200 euros mensuales.

Por tanto, el director de ACOM sostiene que con estos salarios se posibilita que los palestinos, que suelen vivir en comunidades grandes, puedan alimentar hasta diez personas y a la vez mejorar su calidad de vida y disponer de un futuro económico y de una integración social que permite una buena convivencia. Este colectivo se centra en la resolución diplomática del conflicto territorial presentando ejemplos de convivencia, «microhistorias» que demuestran que la paz es posible tomando como referencia el respeto cultural y la libertad religiosa.

Zukierman comentó el caso de la hija de uno de los trabajadores palestinos, que sufrió un cáncer y logró superar gracias a la implicación de la empresa que decidió costear el tratamiento. El desayuno informativo también contó con la presencia de dos mujeres árabes israelíes «que tienen dificultades de convivencia porque quieren dialogar con los judíos israelíes pero en sus comunidades lo ven como si fuera dormir con el enemigo y ellas defienden que Israel es una democracia, les da plenos derechos como mujeres a la educación, la salud y al voto».

A través de estos ejemplos, ACOM quiso ayer ilustrar que Israel mantiene «una democracia vibrante, multicultural y la gente se puede expresar políticamente». Un país con un» 20% de población árabe israelí» que también tiene representación en el Parlamento.  Por tanto, Zukierman considera que con estos proyectos empresariales, a los que se refiere como ‘islas de paz’, se avanza hacia una sociedad pluralista.

el movimiento antisemita ACOM aprovechó también esta convocatoria para denunciar el boicot que recibió el colectivo el martes en Madrid por parte del BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones). «El mensaje que queremos transmitir es que la paz es posible y desde fuera no se debería intervenir para distorsionar un proyecto tan interesante». Y lamejor muestra, en su opinión, pasa por haber reunido en una misma convocatoria al presidente regional de Samaria, Yossi Dagan, a líder religioso palestino Nasr Al-Tamimi, el periodista israelí Ben-Dror Yemi, entre otros.