Cáritas tiene en marcha un proyecto que se llama Diakonía con el que se están preparando y actuando para afrontar nuevos tipos de pobreza o situaciones que van más allá de la carencia material. «Las situaciones van cambiando», expone Antonio Espíldora García, director de Cáritas Diocesana Toledo. Señala que en los últimos años se ha mantenido estable el número de personas que atienden (alrededor de 35.000 en la Archidiócesis), pero que las situaciones son diferentes.
«Hace cuatro años las necesidades para cubrir eran necesidades básicas, sobre todo de alimentación», expone. Pero ahora se encuentran con nuevos fenómenos o con fenómenos que regresan. Es lo que ocurre con la drogadicción, que es algo en lo que se mostró muy preocupado. «La drogadicción está volviendo desgraciadamente con mucha fuerza, que parecía que desde los años ochenta estaba superada», lamenta. Señala que en Cáritas Diocesana sobre todo intervienen en casos de adicciones de drogas y alcohol, pero también están detectando «muchos casos de adicción a la pornografía, los videojuegos, las redes sociales y también a los juegos de apuesta». Apunta que se trata de un fenómeno «en ciernes», sobre el que todavía no están muy especializados, pero avisa de que «las adicciones se están disparando».
También abordan la pobreza vinculada a «la sociedad, las mujeres que están atrapadas en la prostitución, las que se ven abocadas al aborto o la trata». Espíldora resume que hay «muchísimas pobrezas que están incidiendo muchísimo más que la mera necesidad económica».
La Asamblea Diocesana de Cáritas se celebró en el auditorio del Museo del Ejército, en Toledo - Foto: Yolanda RedondoPor eso hoy en la Asamblea Diocesana de Cáritas que reúne cada dos años a las Cáritas parroquiales de Toledo se abordó este proyecto Diakonía que está en marcha. Ya está implantado en 24 Cáritas parroquiales y hay 13 en proceso de implantación. La formación inicial ya ha llegado a 43 Cáritas y 582 voluntarios. El proyectó empezó precisamente por esa vía de la formación, «haciendo incidencia en la manera de hacer entrevistas a las personas que acuden a nosotros, a la ayuda que podemos prestar, qué talleres, proyectos o itinerarios de acompañamiento podemos diseñar». Posteriormente se está plasmando en acciones concretas.
Evangelización y sostenibilidad. En la Asamblea Diocesana de Cáritas también se habló de funcionamiento y metas. A raíz de una encuesta realizada previamente se puso sobre la mesa el área de evangelización, la coordinación, la mejora de la formación y asistencia a los voluntarios y trabajadores, la comunicación tanto interna como de cara al exterior y también la sostenibilidad, planteando «hasta qué punto debemos o no depender de las instituciones públicas, cómo reactivar el compromiso de la comunidad cristiana, de particulares que apoyen económicamente los proyectos», expuso Espíldora.
Sobre estas cuestiones hizo una ponencia el obispo de Sigüenza-Guadalajara Atilano Rodríguez y las líneas estratégicas votadas serán elevadas al arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, que asistió al encuentro.