Evidentemente, el técnico del CD Illescas, Miguel Toledo ‘Migueli’ no se marchó satisfecho después del 3-3 que su equipo obtuvo en el debut liguero frente al CD Torrijos, en un encuentro que se tuvo que disputar en el Manuel Ferrer de Yuncler. Sin entrar en los impoderables que han condicionado la pretemporada, se mostró visiblemente molesto por desperdiciar una renta de dos goles en los minutos finales.
Desde su punto de vista, el primer punto que explica este desenlace es la falta con la que Ángel manda 2-1 el partido al descanso. «Se nos puso muy de cara, pero, cuando parecía que nos íbamos con esa ventaja, no supimos gestionar bien una jugada y nos quedamos bastante afectados por el tanto», explica el entrenador de Miguel Esteban.
Por lo demás, no puso como excusa una pretemporada completamente atípica para el cuadro sagreño, pero sí que dejó claro que le faltaron jugadores «que son importantes». Tuvo que tirar de canteranos, como Adrián Cuesta o Iván Palomo, «que están trabajando muy bien y a los que no se les puede pedir más, pero los que tienen que tirar del carro son otros; ellos ponen ganas e ilusión y tenemos mucha confianza», agrega.
Apesar de un arranque dubitativo de segunda parte, Migueli reconoce que aguantaron a un rival «intenso y muy continuo, que te exige», aunque «cuando quisimos sujetar el partido de nuevo con dos goles de ventaja, volvimos a ser un poco pardillos», insistió. Se queda con esa fase en la que supieron «sufrir y sacudirnos la presión del rival y su dominio». Por último, confiesa que les había avisado a sus futbolistas de que el equipo rojiblanco «lo iba a intentar hasta el último minuto».
El siguiente encuentro para el CD Illescas será este sábado a las 18:30 horas en el Pedro Escartín frente a uno de los aspirantes al ascenso, el CD Guadalajara. Migueli confía en recuperar a dos pilares importantes como son Pablo Jiménez y Molina, que se ausentaron de este primer encuentro por unas molestias físicas. Quien no sufre ningún problema es Emile Waita, que tuvo que retirarse al descanso tras sufrir un pelotazo en la cara.