Pocas horas después del debate televisado entre los cinco principales candidatos a presidente de Castilla-La Mancha, José García Molina celebró un acto de campaña en Toledo en el que mostró la necesidad de que el próximo Gobierno regional siga contando con representantes de Podemos para evitar un giro a la derecha en el devenir de la comunidad. «Nos estamos jugando mucho: en un puñado de votos tenemos la posibilidad de dar continuidad a las políticas progresistas», explicó el representante de la formación morada. Desde el partido apelan a la participación el próximo domingo y confían en tener la llave de la investidura.
La candidatura de Podemos cree haber salido bien parada del debate. «Explicamos nuestras medidas y huimos de la confrontación barata», subrayó su candidato. La idea más repetida por Molina hace hincapié en las medidas aplicadas por la administración regional desde su entrada en el Gobierno en 2017. «Esta senda le ha sentado muy bien a Castilla-La Mancha», remarcó. El número uno por la circunscripción de Toledo citó la subida del PIB, la bajada del desempleo, la recuperación «de buena parte de los servicios públicos que Cospedal había recortado o eliminado» y la reducción de la tasa de pobreza «en cinco puntos» como logros significativos de la segunda mitad de la legislatura.
El responsable regional de Podemos reclamó su cuota de protagonismo en las diferentes medidas acordadas y reivindicó el papel que Podemos ha desempeñado en las instituciones municipales y regional desde su irrupción en las pasadas elecciones. La satisfacción por las conquistas obtenidas no está conteniendo las críticas que el número tres del Gobierno regional lanza contra el todavía presidente y candidato del PSOE. Molina afeó a Page su falta de atrevimiento respecto a determinadas «leyes fundamentales que han sido bloqueadas». La formación de izquierdas exigirá su tramitación en el inicio de la siguiente legislatura.
«No es momento de triunfalismos, es tiempo de hacer análisis y ver que podríamos estar mucho mejor», proclamó Molina. Tras dos años de cohabitación, el líder de Podemos trata de marcar diferencias con el PSOE aludiendo a su condición de referente para el progreso y barrera contra un posible acuerdo entre las derechas. Las leyes de memoria democrática, Lgtbi, garantías, participación, vivienda y bienestar social serán algunos de los ejes con que el grupo parlamentario de Podemos tratará de marcar la agenda política en Castilla-La Mancha hasta 2023. «Creo que las diferencias con el PSOE son claras. Tenemos que tirar siempre de Emiliano García-Page: hacemos que sea mucho más socialista de lo que es», dijo Molina.
Podemos trata de convencer a los socialistas descantados con Page de la utilidad de su proyecto. «Es momento de que las gentes de izquierda, los socialistas de corazón, vayamos unidos», detalló Molina, quien se erigió en representante de los verdaderos «valores del socialismo». El candidato morado a la Junta tildó de «útil» el voto a su lista «para formar un Gobierno de progreso» que aleje a Cs su potencial de bisagra. «A Cs le vale cualquier cosa, a nosotros no; hemos demostrado en las instituciones una línea progresista y esa es la que vamos a seguir».