La solemnidad de la Virgen de Guía congregó a decenas de toledanos que se acercaron hasta la ermita que acoge a la venerada imagen a lo largo de un día festivo y marcado por el buen tiempo. La celebración se articuló alrededor de la misa mayor; tampoco faltaron las tradicionales roscas y un elevado número de fieles. Se echaron de menos a los tostones, la limonada y la procesión, costumbres que se recuperarán con la plena normalidad que ya dibuja la evolución de la pandemia.
La celebración litúrgica se desarrolló en el exterior del templo, para ampliar un aforo minúsculo y «evitar aglomeraciones», según explica Sagrario Martín, presidenta de la Hermandad de la Virgen de la Guía. Como colofón a la eucaristía, don Agustín, el cura decano del barrio de Santa Bárbara, bendijo un repostero con la imagen de la Virgen de la Guía que se ubicará en la parroquia del barrio ferroviario de Toledo.
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La participación fue notable. «Teníamos 950 roscas y habrán quedado sin repartir unas 60 unidades», cuenta Martín, quien ubica en las horas de la mañana los momentos de mayor afluencia de fieles. El concejal de Educación, Cultura y Patrimonio Histórico, Teo García, además del edil del PP José Luis Gamarra han participado de esta fiesta religiosa.