Irene Sánchez-Escribano ya se ha puesto manos a la obra. El pasado lunes era el día marcado para volver a los entrenamientos, y la toledana ya no quiere parar. La lesión que la apartó de los Juegos Olímpicos de Tokio es pasado y solamente piensa en nuevos horizontes, aunque con mucha prudencia. «No quiero tener prisa, prefiero que la recuperación sea completa y que todo vaya a su ritmo», reconoce.
Lo peor de las nueve semanas que ha pasado en el dique seco, según reconoce, fue «la rabia y la impotencia de estar en casa sin moverme y ver los Juegos Olímpicos en la tele». Y es que, como añade, «llevaba mucho tiempo preparándome, dos años pensando en Tokio, y no paraba de decirme a mí misma que tenía que estar ahí».
El retorno al trabajo ha sido muy progresivo. La atleta del Adidas permaneció dos semanas completas sin plantar el pie, otras dos con muletas y plantando levemente, hasta que ya pudo realizar algo de ejercicio en la piscina y con algunos elementos en los pies. De todos modos, las sensaciones de esta semana son muy buenas. «No tengo ninguna molestia en el hueso y en la zona», explica.
Irene es consciente de que le va a tocar tirar de paciencia porque «ahora viene lo duro, ya que me va a costar ponerme en forma». No es un problema para la atleta de Toledo, que quiere estar al cien por cien sin riesgos. Por eso, aunque esta temporada el calendario de pruebas de cross se ha adelantado, la toledana no cree que pueda volver hasta el mes de noviembre.
Y es que, el primer gran objetivo en esta modalidad será revalidar por segundo año consecutivo el título nacional de campo a través. El Campeonato de España se celebrará el 30 de enero de 2022, aunque, al ser la vigente campeona, le serviría con participar en una carrera para tener plaza. De todos modos, todo dependerá de cómo evolucione su puesta a punto.
Lo que sí parece que descarta es llegar a tiempo al Campeonato de Europa de Cross, previsto para el mes de diciembre en Dublín (Irlanda), aunque si lo consigue, será porque se lo ha ganado. Será sinónimo de que está de vuelta, y a un bue nivel. Sí que hubiera entrado en los planes el Campeonato del Mundo de la disciplina, que iba a ser en marzo, en Bathurs (Australia), pero ha vuelto a posponerse.
A largo plazo, es obvio que Irene Sánchez-Escribano no esconde que quiere «ser olímpica». En cualquier caso, confiesa que, aunque hubiera ido a Tokio, su intención era «llegar a París 2024». De todas formas, entre medias hay muchos más objetivos, como campeonatos nacionales, europeos o mundiales, y la toledana se los irá marcando «poco a poco», como había hecho hasta ahora.