En publicidad no todo vale. Al menos en el Casco Histórico de Toledo. Desde hace muchos años el Ayuntamiento lleva lidiando con los distintos comercios para tratar de presentar una imagen lo más respetuosa con el patrimonio de la ciudad sin entrar en conflicto con la necesidad de los establecimientos de darse a conocer y publicitar su imagen.

Se trata de dos conceptos que parecen antagónicos, pero realmente tiene mucho sentido supeditar uno al otro. Y es que, si cada propietario de un establecimiento pudiera optar por instalar el cartel o reclamo publicitario que deseara, la ciudad se convertiría en una suerte de jungla que terminaría por estropear su imagen como referente turístico mundial.

Toledo, como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, no puede dejar al libre albedrío la colocación de la cartelería; y menos en una zona tan sensible como el Casco Histórico.

Por ello, muchos toledanos se sorprendían en la mañana de ayer al ver a unos operarios instalar una mampara transparente en uno de los locales hosteleros que tienen su terraza en Zocodover. No es que el hecho de colocar este elemento para resguardar del viento y dar mayor intimidad a sus clientes esté prohibido, que no, sino que aprovecharon su instalación para colocar unas enormes letras blancas con el nombre del establecimiento y un logo de publicidad de una conocida marca de cerveza.

Obviamente, la Ordenanza de Cartelería del Casco contraviene y prohibe expresamente este tipo de instalaciones, tanto por el elemento en sí (una mampara) como por el tamaño e impacto visual del cartel.

Era imposible pasear ayer por Zocodover y no fijarse en el enorme letrero, y eso provocó que el Ayuntamiento no tardara tiempo en darse cuenta de la situación.

La Tribuna de Toledo contactó en la jornada de ayer con el Consistorio, quien confirmó que la empresa responsable de la instalación del cartel no contaba con permiso alguno. Es más, indicaron que éste había sido prohibido ex profeso, por lo cual también señalaron que a lo largo de la mañana de hoy tenían previsto comunicar a sus propietarios que procedieran a su retirada bajo pena de sanción.