El problema de la jornada partida en niños con patologías

F. J. R.
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Educación no permite a los padres de Sergio, un niño de 10 años con multiples patologías que asiste al Divina Pastora, poder recoger a su hijo a la hora del comedor y seguir online o con ejercicios el resto de la jornada

El problema de la jornada partida en niños con patologías - Foto: David Pérez

Se han cumplido veinte días desde que las aulas de Castilla-La Mancha volvieron a abrir sus puertas y, por obligación de la pandemia, sus ventanas. Los niños han recuperado su derecho a la educación y los profesores han vuelto a su trabajo. Es cierto que las condiciones no han sido las deseadas, y que desde todos los ámbitos educativos se critican los distintos protocolos,  medidas y escasez de medios y personal, pero con la vuelta a las clases se ha dado un paso importante en esta ‘nueva normalidad’ tan deseada.

Los casos de coronavirus no hacen más que subir, y ya son innumerables las aulas confinadas en toda la provincia, pero lo cierto es que el sistema de momento se sostiene contra todos los pronósticos que vaticinaban un aluvión de cierres de colegios en las primeras semanas.

A la espera de ver cómo se desarrolla la pandemia, la vuelta a las aulas ha traído también un problema a algunas familias. Se trata de aquellas con hijos que sufren patologías que les hacen especialmente vulnerables al coronavirus. Respiratorias, principalmente, pero también del sistema inmunológico. La situación se agrava si el menor acumula varias de esas dolencias a la vez.

Eso es precisamente lo que le ocurre a Sergio Xavier, un niño de 10 años que acude al colegio Divina Pastora del Casco Histórico. Como muchos pequeños de su edad, la vuelta al cole le ha permitido reencontrase con sus amigos y recuperar sus dinámicas de estudio, pero también le deja expuesto a un peligro mayor que la media de sus compañeros. Sergio sufre la deficiencia selectiva de IgA, un trastorno del sistema inmunitario que acarrea no tener suficiente inmunoglobulina A (IgA), una proteína que combate las infecciones. También padece asma y problemas de coagulación, un cuadro médico que le hace estar considerado persona de riesgo ante el coronavirus.

Los padres de Sergio quieren que su hijo acuda al colegio, pero su centro tiene desde mañana jornada partida y consideran que es demasiado riesgo tener tantas horas al pequeño expuesto. Por eso, desde que comenzaron las clases, su madre Ruth no ha parado de mandar escritos para tratar de que les permitan tener a Sergio en clase hasta la hora del comedor (de 9 a 14:00 horas) y luego poder llevárselo a casa y continuar las dos horas que le quedarían de jornada escolar desde allí, en modo online o con ejercicios tutelados por los profesores.

Aunque los padres de Sergio han contado con todo el apoyo del colegio Divina Pastora, a cuyo equipo directivo no dejan de agradecer su interés, lo cierto es que el principal escollo lo han encontrado en la Consejería de Educación, que les deniega esa posibilidad. La inspección ha considerado que el niño no puede dejar de asistir a esas clases, amenazando a los padres con que incurrirían en una situación de absentismo que podría generarles muchos problemas legales. Hasta la pérdida de la custodia, incluso.

El pediatra de Sergio ha realizado un informe en el que se recogen todas sus patologías y en el que se recomienda, «en la medida de lo posible, evitar contraer cuadros infecciosos respiratorios». Con todo, Educación alega que no hay una recomendación directa de que el alumno no asista a clase, por lo que de momento obligan a Sergio a asistir a todas las horas.

«Nos sentimos desamparados. Desde que el Colegio de Médicos envió una circular en la que desaconsejaban pronunciarse sobre si los niños debían ir o no al colegio por patologías nadie se atreve a ponerlo explícitamente, y la verdad es que mi hijo puede llegar a tener graves problemas. Además, yo estoy embarazada de siete meses y si al final Sergio se pone enfermo y le tienen que ingresar en el hospital, como ya le ha ocurrido en más de una ocasión, nadie vamos a poder estar con él. Es muy triste e injusto», afirma la madre del pequeño, que ha escrito hasta a la alcaldesa para tratar de encontrar una solución al problema.

«Me contestó muy bien, diciéndome que como madre me entendía, pero que ella no tiene competencias en Educación», explica Ruth, que se ve abocada a tener que mantener a su hijo ocho horas diarias en el colegio, con el potencial riesgo de contagio. «Tienes que dejarle por la mañana, mantener en comedor y luego recogerle dos horas después. Es mucho tiempo para un niño con sus patologías», denuncia esta madre que tiene decidido que si nadie la da una solución lo que hará todos los días será sacar a Sergio del comedor para comer con él en el coche a la puerta del colegio. «Es lo que puedo hacer por él, porque creo que el comedor, sin mascarillas, es un lugar importante donde se pueden dar contagios», señala esta madre.

Sacar del colegio al niño para ir a otro con jornada continua asegura que tampoco es una opción, puesto que ya están cerradas las listas en Educación, así que los padres de Sergio se ven «obligados y amenazados» por la administración. «Yo no me niego a llevar al niño al colegio, pero no tantas horas», sentencia sin poder ocultar su frustración.