No parecía una tarde fácil, con un rival con criterio y un penalti fallado antes del descanso, pero el hechizo del Salto del Caballo acabó surtiendo efecto en la segunda parte. La expulsión de Andoni hizo el resto. El caso es que el CD Toledo suma y sigue. Y con la autoridad habitual. Cuando juega en casa.
Pituli metió la directa nada más pitarse el inicio y disparó contra Jaime en unos segundillos. Suele ser habitual ver al equipo de Calleja imprimiendo intensidad desde el arranque, pero en el minuto 3, Iván Limón puso un buen centro desde la derecha que José Manuel no remató porque la defensa le estorbó.
Quizás el CD Toledo tenía más posesión, pero al Calvo Sotelo no le incomodaba porque su verticalidad le dio para inquietar en varios momentos a Javi Olmedo.
A ambos equipos les gusta contragolpear y los verdes dieron de su medicina en una salida de Jokin Esparza. Se fue hasta la línea de fondo y le dio un pase atrás a Fran Montávez que no acabó en gol porque metió el pie demasiado abajo. Con los minutos, los de casa ganaron en dominio y sacaron a relucir su balón parado. En un córner, César Ortiz cabeceó hacia atrás sin mucha decisión mientras a Álex Pérez lo derribaban con un pequeño empujón.
El Calvo Sotelo Puertollano, a falta de rascar bola, rascó tobillos y si no, que se lo digan a Álex Jiménez o Esparza, acribillados por ocupar la banda más activa del CD Toledo. En torno al minuto 35, el conjunto minero se quitó esa presión y se puso a jugar a ratitos.
Sin embargo, ni consiguió finalizar jugadas con criterio ni impidió que el contrario siguiera llegando. De hecho, en el minuto 38, Esparza entró de nuevo hasta donde quiso y su centro, después de pasearse por toda el área, lo encontró Pituli en el otro lado, pero no tuvo la pierna izquierda entrenada como para sacar un buen disparo. De todas formas, el partido tenía sorpresas guardadas y, después de otra aproximación, Mario García se metió en el área con el balón controlado hasta que Víctor lo derribó claramente. Ya parecía raro que no lo tirase Álvaro Antón, pero más todavía que el villacañero no viera portería por tercer partido consecutivo. Lo mandó al larguero y vuelta a empezar.
Y para más extrañeza, ver que el CD Toledo no se enchufa del todo en el comienzo de la segunda parte. Los pupilos de Darío Martín movieron mejor el balón, pero el fútbol no entiende de coherencia y en materia de gol sí que engordó la estadística del conjunto toledano. Parecía que se rompían líneas con un pase que Álvaro Antón protegió ante tres rivales. Eso permitió a ÁlexJiménez desmarcarse por el lado derecho y poner un centro construido a medida para algún compañero. Álex Cortell la dejó pasar en el primer palo y Fran Montávez sí que lo remató en el segundo. Aunque Jaime la detuvo, no con la suficiente fuerza para evitar que se acabara convirtiendo en el 1-0.
El Calvo Sotelo acusó el tanto en lo anímico. Se calmaron los ánimos. Mientras tanto, el público del Salto del Caballo se arrepintió de nuevo de haber dudado de Álvaro Antón en el verano de 2019 porque el burgalés, en una falta escorada, casi sin ángulo, estuvo a punto de clavarla en la escuadra izquierda.
Ese gol quitó el tapón al lavabo y el agua del equipo visitante empezó a marcharse por el desagüe en un periquete. En el minuto 64 le filtraron un pase a la espalda de la defens a Álex Cortell al que corrió por la derecha Álex Jiménez. La generosidad del valenciano con su compañero valió por el 2-0. Y en la siguiente acción, Andoni vio la segunda amarillo y dejó al Calvo Sotelo con diez.
El CD Toledo ya se desató y, con espacios, no paró de acumular ocasiones. Pituli quería su gol y Álex Cortell, por supuesto que también. Lo consiguió en otro desmarque que le dejó sin oposición frente a Jaime. Quizás no hubo más goles en el tramo siguiente porque a los entrenadores les dio por hacer cambios y al Calvo Sotelo por dar alguna patada más.
Todo estaba controlado, y con el partido en la recta final, Álex Jiménez fue expulsado en un lance con un contrario que le valió la segunda amarilla. Calleja probó con doble delantera, Cortell y Titi Maiga, y poco más. Apensar en cómo asaltar el Paquito Giménez en siete días. Hogar, dulce hogar.