Talavera de la Reina destaca por muchas razones, pero la Fundación Mapfre le ha dado una más al situarla entre las 25 ciudades de España de más de 80.000 habitantes con una menor tasa de siniestralidad vial. De hecho, presenta una tasa de mortalidad (fallecidos por cada 100.000 habitantes) del 0,24 por ciento, según datos del año 2018, lo que la sitúa por debajo de la que está a día de hoy considerada como la ciudad europea más segura para la movilidad: Estocolmo.

Talavera es la única ciudad de la región en este listado de 25 ciudades españolas con una siniestralidad Casi Cero, y entre las que se encuentran algunas que se han caracterizado por sus iniciativas para mejorar la movilidad y el tráfico en su entorno urbano como son Pontevedra, Vitoria, San Sebastián o Terrasa.

La Fundación Mapfre ha realizado este estudio junto con la consultora Geo21, y con la colaboración de la Dirección General de Tráfico (DGT), y destaca en el caso de la ciudad de la cerámica elementos como la limitación de la velocidad a 40 km/h en todo el casco urbano, con un área de 30 km/h en el entorno de la Plaza del Reloj, así como la eliminación de obstáculos en los pasos de peatones para mejorar la visibilidad de los conductores. También se menciona la colocación de elementos reductores de velocidad en grandes avenidas, así como pasos elevados o señalización lumínica.

Entre los puntos favorables también apuntan un apoyo a la movilidad activa con el inicio de la peatonalización del casco o carriles bici en las principales avenidas. En cuanto a los sistemas de control, mencionan el sistema de cámaras de lectura de matrículas y radar propio.

Retos. No obstante, así como el informe revela una importante diversidad de características entre las ciudades analizadas, también existen una serie de recomendaciones a tener en cuenta para seguir avanzando en ese objetivo de Ciudades Casi Cero (C3) en siniestralidad. Así, para Talavera sugieren «protocolizar la estructura de las reuniones de Policía y Urbanismo para una visión más coordinada y amplia de la ciudad», si bien recuerdan que hubo una iniciativa para crear un Comité de Ciudad que no prosperó.

También señalan «ampliar el área peatonal del casco» así como «quitar estacionamientos para dificultar el acceso en coche» y «mejorar las avenidas para reducir la velocidad de los vehículos».

De hecho, esa parece que se presenta como la tendencia a seguir próximamente, la de limitar la velocidad a 30 km/h en las vías que solo tengan un carril por sentido de la circulación. Una apuesta «valiente» que de momento supone una excepción, como el caso de Bilbao, pero que se irá extendiendo.

La limitación de la velocidad junto con la educación vial desde las edades más tempranas, así como una normativa razonable y coherente que vele por la seguridad de los llamados colectivos vulnerables, como son los peatones, ciclistas, y ahora los usuarios de patinetes, serán las claves para seguir avanzando en esas Ciudades Casi Cero, y reducir la cifra de fallecidos y heridos graves en los núcleos urbanos.